La Zarza, un negocio de pasteles que nació hace más de dos décadas en un garaje de una familia de clase media en Puebla, se encamina a abrir al menos 500 puntos de venta en los próximos cinco años y aprovechar el mercado de la nostalgia en EU, representado por los connacionales que añoran las tradiciones y alimentación de su país de origen.

 

“Debemos de rondar en el equivalente a 600 puntos de venta en toda la (República Mexicana) para 2020“, asegura José Luis Cisneros Madrid, director general de la compañía a 24 HORAS.

 

Actualmente, la productora de pasteles tiene presencia en Puebla, Distrito Federal, Tlaxcala, Morelos y Veracruz con cuando menos 104 puntos de venta.

 

La meta principal del que iniciara como negocio familia es alcanzar las cuatro regiones de México, es decir el norte, occidente, centro y bajío antes de 2020, porque ahí “hay un mercado potencial en el consumo de repostería y pasteles”, dice el empresario poblano.

 

La estrategia es llegar de un centro de producción, que actualmente opera en Puebla a cubrir 150 tiendas, y se busca replicar ese mismo modelo en el occidente, bajío y norte de México regiones, pronostica.

 

El empresario recuerda que en los dos últimos años ha tenido un crecimiento promedio de 25% en ventas. Pero no todo ha sido fácil para la empresa.

 

Crisis financiera

 

El negocio surge por la necesidad de sostener a una familia de 14 hijos. “Mi padre tuvo una crisis financiera en su casa, y tenía que tomar algunas decisiones”. Así inició la venta de pasteles en el garaje de una casa a finales de 1990 y para enero de 1991 arranca el negocio y la operación, recuerda Cisneros, quien con una carrera de ingeniería en electrónica y comunicaciones se integra al negocio en septiembre de 1997.

 

En ese año, la pastelería no tenía una marca propio, y la única forma de reconocimiento se dio en base a los nombre de los puntos de venta y de las pastelerías, y era así como se conocía el producto fabricado por La Zarza, añade el empresario.

 

“Comencé a trabajar en la creación de una marca, después de varios ejercicios surge el tema de la marca La Zarza y de manera oficial surge en 1999”, expresa.

 

En esa época, la firma tenía 20 puntos de venta, y ya había incursionado en el mercado de la Ciudad de México; en Puebla, Atlixco y Cholula, en Puebla, y en Tlaxcala.

 

Para 2008, cuando se visualizaba una crisis a nivel mundial, para La Zarza se presentó una serie de oportunidades bajo el modelo de franquicias, lo cual le permitía tener control y estandarización de procesos de operación y la expansión del negocio a todo el mercado mexicano, señala José Luis Cisneros.

 

“El 2014 fue un año complejo y por el giro de empresa nos vimos muy afectados por los impuestos especiales a producción y servicios (IEPS), el cual se aplicó de manera general a los productos con una densidad calórica”, expone.

 

“El impuesto nos afectó, incluso hubo un aumento de precio de los productos por los temas impositivos, lo cual definitivamente le afecto al mercado y se dio una menor venta”, apunta.

 

“No dejamos de crecer, sin embargo el crecimiento esperado no ha sido mayor a lo esperado”, agrega.

 

El empresario adelanta que tienen contemplado llevar el negocio a ámbitos internacional “a través del mercado de la nostalgia, eso significa que hay un gran potencial en los connacionales que viven en Estados Unidos, que añoran las tradiciones y alimentación de México”.

 

“Nos estamos preparando para llegar a Estados Unidos, a través de la exportación del producto o bajo un esquema de franquicia para ser llevadas a otras latitudes”, concluye.