La tecnología Secuenciación Masivamente Paralela a la que serán sometidos los restos encontrados en Cocula para tratar de identificar a alguno de los estudiantes desaparecidos el pasado 26 de septiembre es una prueba más certera, indicó el doctor Rodrigo Muñoz Soto, investigador de la Carrera de Biotecnología.

 

“Con la Secuenciación Masiva Paralela la metodología es más precisa, con menor cantidad de muestra, y a parte se tiene en un tiempo bastante corto y a un menor costo. Es un tipo de secuenciación de segunda generación”, dijo el profesor del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.

 

La secuenciación, dijo, se trata descubrir las instrucciones sobre las cuales está constituido un organismo, en este caso un ser humano, y que es lo que nos hace diferente a cada quien, es decir, es el genoma, para obtener el genoma es necesario secuenciarlo.

 

“Antiguamente se tenía una secuenciación que le llamamos de primera generación, a partir de una biblioteca muy general se iba haciendo una especie de listado de lo que aparece en las instrucciones”, pero ahora, con esta técnica el listado es más fácil obtenerlo.

 

El investigador indicó que la prueba mitocondrial posiblemente no arrojó mayores resultados debido a que los restos tuvieron un grado de destrucción o descomposición importante, lo que evitó que se tuviera una muestra de ADN completa o total para identificar a un individuo.

 

“El ADN se degradó y se perdió la información necesaria para reconstituir el ADN original”, dijo Muñoz Soto quien agregó que la prueba mitocondrial no daña la muestra.

 

El investigador sugirió que posiblemente por eso se eligió hacer primero la prueba mitocondrial y luego la secuenciación, pero que también depende del protocolo que define la institución, aunque, “teóricamente ambas llevarían al mismo resultado”.

 

En caso de que esta técnica no tenga resultados positivos, será ya muy complicado que se logre la identificación, pero si el estudio arroja una parte de la secuencia, podrían todavía usarse tecnologías de la bioinformática, que trabajan con algoritmos complejos y podrían descifrar el genoma.

 

Al cuestionarlo sobre si en México no hay tecnología o especialistas para hacer los estudios aquí, Muñoz Soto dijo “en el Instituto Nacional de Medicina de Genómica se cuenta con aparatos de este tipo, con secuenciadores de última generación, pero los especialistas están más dirigidos a términos de enfermedades de tipo genético que a la identificación de restos humanos o ciencias forenses”.