Con el juego empatado a 22 entre los Halcones Marinos y los Empacadores de Green Bay, Russell Wilson lanzó un pase a Jermaine Kearse quien lo atrapó en la zona de anotación para mandar a su equipo al Super Bowl.

 

 

 

Scott Shelton fue el aficionado que se quedó con el balón de ese partido, que pasará a la historia como uno de los regresos épicos de la NFL.

 

Coleccionistas de artículos deportivos ofrecieron 20 mil dólares al fanático, pero él ahora pide un viaje a Arizona para ver el Super Bowl XLIX el próximo 1 de febrero.