Proliferan los extranjeros, pululan los naturalizados y de manera inversa se extinguen los centros delanteros mexicanos. No es casualidad que, al final del torneo de Apertura 2014, el top cinco de rompe redes de la Liga MX fue acaparada por artilleros sudamericanos: Mauro Boselli, Camilo da Silva, Dorlán Pabón, Darío Benedetto y Ariel Nahuelpán; puro producto del cono sur, nada nuevo en una Liga que, entre 2011 y 2014, sólo tuvo un campeón de goleo mexicano: Ángel Reyna, a cambio de 10 extranjeros líderes, contando los que compartieron el cetro anotador, proporcional a lo documentado en lo que va del siglo XXI que dice que sólo cuatro jugadores mexicanos han sido campeones de goleo, por 32 extranjeros que, en solitario o de manera, compartida han sido máximos anotadores.

 

La perspectiva en el actual torneo no es diferente. Y es que hay que remontarse hasta el torneo de Clausura de 2011, cuando Ángel Reyna, quien incluso aún vestía de amarillo, se proclamó campeón de goleo con 13 anotaciones. El entonces americanista superó al peruano Wilmer Alexander y al argentino Emanuel Villa en la lucha por el galardón.

 

Desde entonces han transcurrido seis torneos cortos en el campeonato mexicano con dominio absoluto para los extranjeros goleadores: Iván Alonso fue monarca de goleo en el Apertura 2011 y repitió junto al ecuatoriano Christian Benítez con 14 goles en el Clausura 2012; Benítez, a su vez, repitió en el Apertura 2012 y compartió el título del Apertura 2012 con el chileno Esteban Paredes. Benítez tuvo su tricampeonato en el Clausura 2013 en solitario; para el Apertura 2013 el paraguayo Pablo Velázquez fue el mandón, aunque heredó la corona al ecuatoriano Enner Valencia para el Clausura 2014, para concluir el listado con el título compartido del argentino Mauro Boselli y el brasileño Camilo Sanvezzo, club de sudamericanos goleadores.

 

¿Y en lo que va del siglo? Ahí sólo se han coronado cuatro nacionales: el ya retirado Jared Borgetti con un campeonato en el lejano Verano 2001, seguido del chiva Omar Bravo, monarca del Clausura 2007; complementado por el hoy merengue Javier Chicharito Hernández, que vestido de rojiblanco fue campeón de goleo en el Bicentenario 2010, y del ya mencionado Ángel Reyna en el Clausura 2011.

 

Una muy pobre producción se compara con los 10 mexicanos que alcanzaron el título de goleo en la década de los 90, cuando dejaron a los extranjeros en sólo seis campeonatos. Es la del centro delantero mexicano una especie en extinción, mientras extranjeros y naturalizados se adueñan del grito de gol.