La polémica que desató el retiro de la estatua de Heydar Aliyev, ex presidente de la República de Azerbaiyán y considerado un dictador, tiene otra cara: una placa colocada en la Plaza de Tlaxcoaque en la que se habla de un “genocidio” ocurrido en la región de azerí de Jodyalí en febrero de 1992, donde murieron civiles.

 

La Plaza de Tlaxcoaque y el Parque de la Amistad México- Azerbaiyán fueron inaugurados por el entonces jefe de Gobierno Marcelo Ebrard en agosto de 2012; ambos proyectos fueron financiados por el país asiático y tuvieron un costo de 62.5 millones de pesos.

 

En octubre de aquel año vecinos de Polanco se inconformaron por la colocación de la efigie de Aliyev, quien gobernó Azerbaiyán de 1993 a 2003 —y cuyo hijo se mantiene en el poder— y el monumento fue retirado en enero de 2013 tras la resolución de una comisión que instaló el propio Ebrard.

 

No obstante, la comisión, que estuvo conformada por el periodista Guillermo Osorno, el sociólogo Gerardo Estrada y el politólogo Gabriel Guerra, concluyó que también se debía modificar la redacción de la placa colocada en la Plaza de Tlaxcoaque, frente a la Contraloría del Distrito Federal.

 

Los expertos recomendaron que en dicha placa se reconociera como “masacre” y no “genocidio” a las muertes de civiles ocurridas en Jodyalí la madrugada del 26 de febrero de 1992, una zona limítrofe entre Azerbaiyán y Armenia, dos países en conflicto desde hace 25 años.

 

Consultado por 24 HORAS, el experto en temas internacionales y ex Director de Contenidos del Museo Memoria y Tolerancia, Jacobo Dayán, aseguró que el actual Gobierno capitalino debe atender la precisión en la placa de Tlaxcoaque, pues han pasado casi dos años sin que se haga algo al respecto.

 

“El reconocimiento por parte del Gobierno de la Ciudad en un espacio público de un hecho histórico como genocidio es delicado. Genocidio es un crimen muy particular y lo que ocurrió ahí (en Jodyalí) en todo caso sería un crimen de guerra o una masacre”, dijo Dayán en entrevista.

 

El experto admitió que “no se está cometiendo un crimen” al mantener la placa con dicha redacción, pero sí “hay una falta de precisión histórica, jurídica y moral”, pues hasta hoy no hay una corte internacional que reconozca lo ocurrido en Jodyalí como un genocidio.

 

También consideró que el GDF debe retirar el mapa de Azerbaiyán que permanece en el Parque de la Amistad en Reforma, donde estaba la efigie de Aliyev, pues las fronteras que se plasman están en conflicto entre el país azerí y Armenia desde hace 25 años.

 

Dayán calificó como una “pifia” lo hecho por Ebrard y el entonces secretario de Desarrollo Urbano, Felipe Leal, pues asegura que les hubiera tomado 10 minutos investigar quién era Aliyev y de haber consultado a la Cancillería les hubieran dicho seguramente: no te metas en ese problema, no está reconocido internacionalmente.