Con la llegada del nuevo año, afloran nuevas promesas, (o autoengaños), que auguran una vida más sana, más feliz y más rica en conocimientos. Pero, no es cuestión ni de soñar ni de pensar. Es el momento de pasar a la acción. Por lo general, estas promesas o buenos deseos requieren voluntad y disciplina para corregir hábitos que crean problemas y cimentar nuevas estrategias que potencien el bienestar, la salud y enriquezcan el conocimiento.

 

Ahora bien, una vez decidido los cambios deseados, hay que pasar de la teoría a la práctica sin dilatar las planificaciones ni dispersarse. Lo más importante es abandonar la frase: “mañana empiezo sin falta”, y para ello hay que echar mano de la autoestima para reforzar la decisión y sentirse capaz de afrontar con éxito la meta.

 

Una vez superado este obstáculo, la ilusión, el esfuerzo y el sacrificio es la mejor compañía, no es fácil aunar la voluntad suficiente, más cuando se arrastra el cansancio y la resaca de la noche anterior.

 

 

Lee la nota completa en nuestra revista digital VIDA+