Han pasado lustros, incluso nació un nuevo siglo en la espera de la afición cementera porque su equipo le dé algo de ilusión. Los títulos no llegan, los refuerzos… puros petardos que fracasan. Hasta la luz que se deja vislumbrar al final del túnel que representará el inicio del Clausura 2015 con Roque Santa Cruz entre sus filas: una bomba que, en definitiva, La Máquina no acostumbra dar.

 

La mejor apuesta en años en pos de armar, al fin, un equipo que les lleve al campeonato, así como lo han hecho otras estrellas internacionales que vinieron a dar títulos de la talla de Iván Zamorano y Claudio El Piojo López, con América; o realce a sus clubes como Emilio Butragueño con el desaparecido Toros del Atlético Celaya.

 

Y es que Roque no es un asunto menor. El paraguayo es un delantero de mayúsculas. Campeón de dos Ligas con el Olimpia de su país, de cinco Bundesligas con el Bayern Munich, cuatro copas de Alemania, una Champions League y una Copa Intercontinental, anotador de 130 goles en Liga de Campeones, toda una joya del futbol extranjero que escogió México para dar colofón a su carrera, y claro que en Cruz Azul eso ilusiona.

 

Ilusiona por los resultados que alguna vez ofreció el famoso Buitre que llevó al subcampeonato al Celaya, y que luego se vio acompañado en el club cajetero por Michel y Hugo Sánchez. Y ni hablar del internacional Iván Zamorano, de grandes días con el Real Madrid en Inter, que vino a México para ayudar al América a ser campeón en el Verano 2002 o de El Piojo Claudio López que hizo lo propio en el Clausura 2005 con los amarillos.

 

Y ni hablar del realce que Pep Guardiola le dio a Dorados allá por 2005, para unos años después emprender su exitosa carrera como técnico del Barcelona o el macanazo económico que significó la llegada de Ronaldinho a Querétaro para el Apertura 2014 que terminó, que hoy padece por las indisciplinas del brasileño.

 

Claro que de estas estrellas también se han dado petardos que sólo buscan cobrar su último bono millonario en el final de su carrera. Fue el caso de Bebeto en Toros Neza, quien salió corriendo del país, al estilo Ruso Brailovsky, por un temblor, o la situación de Bernd Shuster, internacional alemán, ex jugador del Barcelona y Real Madrid, quien sacó canas verdes a Pumas en 1997 por su manía de visitar a su dentista en Alemania cada vez que le dolían las muelas; y el arquero colombiano René Higuita, quien jugó en Veracruz junto a José Mari Bakero, pero no trajeron más gloria al puerto que el de sus nombres.

 

Albur o no, hoy Cruz Azul apuesta por una estrella, una Santa Cruz de nombre Roque. El tamaño y jerarquía del paraguayo ilusiona a los azules; todo sea por un campeonato.