Después de todo lo que se vive en la vida, en lo personal y en lo social, siempre existen alternativas distintas para tomar como caminos, y en eso radica nuestra capacidad de elegir; es el llamado libre albedrío que se considera como una parte esencial de lo que nos hace humanos, esta libertad de elección que nos da la posibilidad de optar y actuar de una u otra manera, y es desde ahí que la sensatez puede ser la poción para la búsqueda y construcción del camino de la paz, aún en las condiciones mas adversas que se nos presenten enfrente.

 

Hoy en las condiciones que el país se encuentra, con un medio ambiente lleno de emociones encontradas, de ira, de indignación, de hartazgo social y desesperanza porque las cosas no están saliendo como se esperaban, tenemos la alternativa de buscar el camino de mantenernos en nuestro centro, buscando la sensatez dentro de nosotros, sin dejar de visualizar el cambio que deseamos generar en nuestra sociedad. La sensatez y el camino de la paz no están peleados con desear y buscar un cambio que evidentemente es necesario y que todos los que vivimos en este país quisiéramos lograr para vivir mejor y poder tener un futuro cierto.

 

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Es verdad que existen diferentes opiniones sobre el camino a seguir, y de alguna manera cada una desde la perspectiva personal de quien la piensa está cargada con alguna razón que la respalda, que puede ser válida o no desde nuestra visión; sin embargo, si aprendemos a escucharnos primero a nosotros mismos y después al otro, y tomamos las decisiones y acciones a seguir desde el centro de nuestro corazón viendo mas allá de nuestra necesidad personal, puede ser el camino que nos salve de la explosión social y que evite que caigamos en un caos generalizado, donde nos puede costar más caro ir recogiendo los pedazos y destrozos.

 

Hay que buscar alternativas para la mayoría que vayan acompañadas de acciones posibles y reales, y asumiendo responsabilidades de actos y omisiones anteriores, no sólo con palabras vanas.

 

Tenemos mucho que pensar en el camino que deseamos tomar para lograr los cambios, sin embargo sé que la violencia genera violencia, y si lo que queremos es un país que se base en la moralidad y justicia tenemos que tomar en cuenta estos principios como las guías de base que rijan nuestras demandas.

 

Agrediendo sólo vamos a generar ira y agresión del otro; podemos elegir mantenernos en el camino de la sensatez apoyando el cambio y la transformación, que empieza por cada uno de nosotros, siempre considerando que el amor a nuestro país es lo que nos puede mantener en el camino para lograrlo.