DALLAS. El presidente de Estados Unidos Barack Obama llamó por teléfono al gobernador de Texas, Rick Perry, al concluir con éxito el monitoreo a las personas que tuvieron contacto con alguno de los contagiados con el virus del Ébola en la entidad.
 
Obama destacó que, con estos resultados, aquellos en Dallas que tuvieron contacto con Thomas Duncan, el paciente con ébola ya fallecido, o con las enfermeras Nina Pham y Amber Vinson, quienes lo atendieron, ya no están en riesgo de desarrollar la enfermedad.
 
Además de Perry, el mandatario estadunidense habló con el comisionado de Salud de Texas, David Lakey; el juez del condado de Dallas, Clay Jenkins, y el alcalde de Dallas, Mike Rawlings.
 
El presidente ofreció su agradecimiento a Perry y a los funcionarios locales por el liderazgo que mostraron consistentemente a lo largo de esta difícil y desconocida experiencia.
 
Obama destacó que ellos fueron unos verdaderos e indispensables socios y que la cooperación que surgió entre la federación, el estado y la ciudad, sirve ahora como un modelo nacional.
 
El mandatario también extendió su agradecimiento a los funcionarios locales de salud pública, así como a la gente de Dallas, “cuya fuerza y resistencia ha ayudado a tranquilizar a la nación”.
 
La llamada del presidente se produjo luego que la última persona que estaba siendo monitoreada en relación con los casos de ébola, concluyó este viernes el tiempo de supervisión tras cumplirse el plazo de 21 días, periodo de incubación del mortal virus.
 
Dallas se convirtió en el epicentro del ébola en Estados Unidos luego de que el 30 de septiembre pasado se diagnosticara el primer caso de la enfermedad en este país a Thomas Duncan.
 
Duncan era un ciudadano de Liberia que había llegado a esta ciudad una semana antes de que se le presentaran los síntomas de la enfermedad.
 
Posteriormente, dos enfermeras que formaron parte del equipo que atendió a Duncan en el Hospital Presbiteriano de la Salud de Texas en Dallas, contrajeron también el ébola.
 
Duncan falleció a causa del padecimiento el 8 de octubre pasado, mientras que las dos enfermeras contagiadas fueron dadas de alta luego de recibir tratamiento.
 
Los tres casos dieron pie a que un total de 177 personas, entre trabajadores de la salud, contactos familiares y miembros de la comunidad, fueran objeto de seguimiento por parte de las autoridades sanitarias, tras determinarse que habían tenido contacto con alguno de los pacientes con ébola.
MG