La actriz estadounidense Joan Rivers falleció por los daños cerebrales causados por una baja cantidad de oxígeno en la sangre, consecuencia de una “complicación predecible” durante un procedimiento médico, según anunció hoy la oficina del forense de Nueva York.

 

 

La popular intérprete, humorista y presentadora murió en la ciudad el pasado 4 de septiembre, una semana después de someterse a una pequeña operación de garganta que obligó a ingresarla de urgencia en el hospital Monte Sinaí.

 

 

Según la investigación del forense, Rivers fue anestesiada con Propofol, una sustancia involucrada también en la muerte de Michael Jackson, durante una intervención para tratar de reparar problemas en su voz.

 

 

El doctor personal de la actriz, que se ocupó de la operación, se encuentra en el centro de las investigaciones, tras supuestamente haber realizado una biopsia en las cuerdas vocales de Rivers, para la cual no tenía autorización firmada de su paciente ni el permiso de la clínica neoyorquina donde tuvo lugar la intervención, según varios medios estadounidenses.

 

 

El informe del forense, sin embargo, no apunta a ningún tipo de negligencia y clasifica la muerte en la categoría de “complicación terapéutica”.

 

 

Rivers, de 81 años, comenzó en la televisión en 1965 escribiendo para “Tonight Show”, obtuvo su propio programa en 1993, con “The Joan Rivers Show”, y en los últimos años presentaba el espacio “Fashion Police”.

 

AH