La ley del mínimo esfuerzo existe; también el evidente crecimiento de quienes antes eran débiles y el perfeccionamiento de los planteamientos defensivos. Sin embargo, el mayor argumento detrás del sorpresivo arranque de la eliminatoria rumbo a la Eurocopa 2016 es el confort, es la llamada ley del mínimo esfuerzo.

 

Sucede que por primera vez en la historia 24 selecciones participarán en este certamen (consideremos que todavía en 1992 apenas acudían ocho y que hasta la edición pasada participaban 16 equipos). Eso significa que esta vez avanzarán directo dos representativos por grupo clasificatorio y los terceros aspirarán a hacerlo por conducto de una repesca.

 

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España ha perdido con Eslovaquia, Alemania con Polonia, Portugal como local con Albania, Holanda con República Checa e Islandia, Suiza con Eslovenia, Grecia en casa con Rumania, Rusia empató en pleno Moscú con Moldavia, así como Italia sufrió para ganarle a Azerbaiyán y a Malta.

 

En resumen, que de ninguna forma eso es normal. La última eliminatoria europea, la del Mundial 2014, basta como referencia; ahí, siete de los nueve líderes de grupo lograron clasificarse de manera invicta: Bélgica, Italia, Alemania, Holanda, Suiza, Inglaterra y España. Sólo Bosnia-Herzegovina y Rusia se metieron habiendo perdido algún partido. Selecciones como Portugal, Grecia, Ucrania y Francia nada más cayeron en un cotejo y quedaron privadas de la calificación directa.

 

Dos años antes, rumbo a la Eurocopa 2012, algo parecido; cinco de nueve líderes culminaron sin derrotas (y a ellos podemos añadir a Holanda que sólo perdió su último cotejo cuando ya tenía amarrado su pase).

 

Por eso no dudo en afirmar que aumentar el aforo de la Euro 2016 a 24 selecciones ha derivado en una disminución en el estado de concentración con que se solían enfrentar estos choques.

 

Al mismo tiempo, es maravilloso ver con opciones reales de calificación a representativos como Islandia, Gales, Israel, Eslovaquia, Irlanda del Norte, Lituania, Austria, Albania. Michel Platini prometió desde su candidatura a la presidencia de la UEFA que abriría los torneos a países en vías de desarrollo futbolístico y lo está cumpliendo. ¿A costa de qué? De calidad.

 

Se teme que eso implique un certamen de menor nivel en relación a ediciones anteriores. Si ya en fase eliminatoria ese bajón ha sido evidente, podemos imaginar que también acontecerá en pleno torneo. Los grupos tendrán equipos más accesibles y no se tratará, como antaño, de una competición sin cuartel.

 

Alemania y España se meterán pese a sus sorpresivos traspiés. Algo que no puede garantizarse para Holanda, Suiza y Portugal que han abierto de forma calamitosa, y así de pronto peligran.

 

Este martes jugarán Alemania-Irlanda, Dinamarca-Portugal y Serbia contra la sorpresiva Albania. ¿Cuántas sorpresas más? Supongo que varias. Lo interesante será ver a cuántos de los grandes eso les termina por suponer la eliminación.

 

 

 

 

 

 

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