En todo evento deportivo siempre hallamos alguna instalación que destaca por encima de las demás.

 

Para los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 hay escenarios que apelan a la historia, como el Luis Pirata Fuente u otros que lo hacen al lujo, como el campo de golf de Punta Tiburón, pero Xalapa reúne dos inmuebles con condiciones para acaparar buena cuota de los reflectores. Separados por escasos kilómetros, uno es todo tradición y el otro todo futurismo.

 

El velódromo que se ha levantado en la capital veracruzana resulta imponente. Una estructura en blancos y rojos, sostenida sobre delgadas columnas y rodeada por áreas verdes, que remite a una nave espacial.

 

Durante mi visita, un mes atrás, se trabajaban los accesos y pulían detalles al interior. Por ello, en aquel momento estaban protegidos por mantas de plástico tanto la pantalla gigante como la duela sobre la que rodarán las bicicletas, la cual ya presenta las marcas para la medida de cada competencia.

 

Tras la vigésimo segunda edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, este moderno inmueble se convertirá en el World Trade Center de Xalapa. Sin duda, una de las mejores noticias posteriores al evento multideportivo a disputarse del 14 al 30 de noviembre: que ese velódromo no se transforme en un elefante blanco, que tenga uso constante, que trascienda lo deportivo y lo momentáneo, que amortice la gran inversión ahora como centro de convenciones, que no caiga en errores que han marcado a sedes de otros certámenes (por ejemplo, Atenas 2004).

 

La pista está diseñada bajo los estándares fijados por la Unión Ciclista Internacional (UCI). Sus dimensiones son 250 metros de longitud y ocho metros de ancho, además de una inclinación que va de los trece grados en su parte mínima a los cuarenta en su máxima.

 

Muy diferente a la vanguardia del velódromo es la belleza clásica del estadio Heriberto Jara de Xalapa, a un costado de la Universidad Veracruzana.

 

En el mismo espacio donde serán las pruebas de pista y campo, Mario Moreno Cantinflas apareció toreando en la película Carnaval del Trópico filmada en 1942. Es sencillo reconocer al estadio de esas secuencias en blanco y negro en el actual, debido a unas inconfundibles columnas y sus relieves.

 

Con casi 90 años de historia, el Heriberto Jara todavía tiene las elegantes columnas inmortalizadas cinematográficamente por Cantinflas, bajo las cuales se encuentra un pebetero réplica del de México 68.

 

Velódromo y estadio tienen acaso sólo un punto en común: que uno con su modernidad y el otro con su tradición, son de las instalaciones llamadas a acaparar la atención durante el regreso de los Juegos Centroamericanos y del Caribe a nuestro país tras 24 años de ausencia.

 

Serán la cara de la vibrante e inquieta Xalapa en Veracruz 2014.