Noticia por demás extraña, incluso pese a haber sido adelantada en la presentación del nuevo seleccionador: que Argentina, habiendo cambiado de director técnico nacional, no haya cambiado un solo nombre en su primera convocatoria post-mundialista.

 

Cuando recibió el timón albiceleste, Gerardo “Tata” Martino explicó que se apegaría al plantel finalista en Brasil 2014, aunque nadie pensó que eso fuera a tan contundente y exacta proporción: los mismos veintitrés que cayeron con Alemania en la final de Maracaná, enfrentarán a los propios germanos el 3 de septiembre en un cotejo amistoso.

 

Circunstancia similar resultaría más o menos lógica en algún país sin la gran cantidad de talentos o inmensa variedad que rodea al combinado argentino. Con la calidad de elementos seleccionables para la albiceleste, es rarísima la forma en que Martino comenzará trabajos.

 

Como se esperaba desde que fue nombrado, el hasta hace poco estratega del Barcelona fue la mejor opción para mantener tranquilo a un vestuario de manejo difícil…, y para mantener contento a Lionel Messi.

 

Si con Alejandro Sabella se enfatizaron las prerrogativas disfrutadas por el cuatro veces Balón de Oro, con el apodado “Tata” eso tiende incluso a crecer.

 

Messi llegó a imponer numerosas decisiones sobre la selección argentina (escribía yo en el Mundial: ha conseguido no sólo que Argentina gane, sino que Argentina sea é): qué cambio efectuar y en qué momento del partido, qué esquema de juego, qué planteamiento, a quién (caso Carlos Tévez) no convocar. De hecho, al inicio del Mundial, criticó públicamente alguna decisión de Sabella, a lo que el entonces seleccionador respondió asegurando que a Lionel se le agradece su opinión.

 

Martino, personaje de serenidad y humildad similares a las proyectadas por su antecesor, de declaraciones prudentes y respetuosas, vivió un año en el banquillo blaugrana cargando con la percepción de que había sido traído y sostenido por Messi. Al igual que el 10 argentino, es rosarino y proviene del club Newells. De esa misma ciudad, la bella Rosario, son otros referentes de la albiceleste como el capitán moral Javier Mascherano, el más desequilibrante Ángel Di María, el defensor Ezequiel Garay, el veterano Maxi Rodríguez y el pilar Ezequiel Lavezzi (a todo esto, por haber cortado del plantel a otro rosarino más, el mediocampista Ever Banega, se especuló que Messi tuvo un rompimiento con Sabella).

 

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Con Martino entonces tiende a crecer el poder de Messi y todo lo que se haga para tenerlo contento en la selección nacional.

 

De lo que dijo al ser presentado en el cargo, retomamos estas palabras: “No queremos venir y cambiar todo de un día para el otro. Nuestro objetivo es mantener una línea de trabajo que ya fue iniciada por Sabella. Lo que hizo fue maravilloso, y no sólo por los resultados (…) Leo tendrá el rol del mejor del mundo y la responsabilidad que conlleva eso para él”.

 

Continuismo en la más extrema de sus formas. No por repetir convocatoria, que eso ya se especificó, obedeció a practicidad y premiar a los subcampeones mundiales. Sino por prorrogar el control total de Lionel.

 

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