En una fiesta que tardó 24 años en prepararse, miles de alemanes mostraron su adoración y admiración por los ganadores de la Copa del Mundo en un desfile de la victoria celebrado el martes en la puerta de Brandenburgo.

 

Los jugadores, que vestían camisetas negras con el número 1 estampado recibieron las muestras de cariño de más de 400 mil aficionados que llenaron la explanada frente al monumento histórico que identifica a Berlín.

 

Los aficionados comenzaron a llegar a este sitio en la madrugada para dar la bienvenida al equipo dirigido por Joachim Loew y al gran trofeo. El cuarto título mundial de Alemania, primero desde 1990, coronó años de trabajo de Loew para modernizar al equipo y se consiguió tras cuatro fracasos en torneos recientes.

 

Mario Goetze, autor del gol con el que derrotaron a Argentina en la final, fue saludado con una ovación ensordecedora por una ola de aficionados que ondeaban banderas con los colores negro, rojo y amarillo de la enseña alemana.

 

Cuando los jugadores aparecieron en el escenario para recibir los aplausos, los aficionados les dieron la bienvenida coreando la frase “dios del fútbol” luego de que se presentara a cada uno. Las ovaciones más fuertes fueron para Bastian Schweinsteiger, Thomas Mueller, Goetze y Miroslav Klose.

 

“Estamos súper orgullosos de este logro, luego de estar aquí en 2006 y 2008 luego de quedar en tercer y segundo lugar, y tras finalmente conseguirlo luego de una larga jornada, con este equipo sensacional”, dijo el defensor Per Mertesacker.

 

Aunque hubo problemas con el sonido, que causaron que la mayoría de lo dicho por los jugadores no se escuchara, a los aficionados no les importó. De hecho, cuando el defensa Jerome Boateng, de regreso en su ciudad natal, gritó “no los escucho”, los gritos fueron aún más fuertes.

 

El avión del equipo aterrizó en el aeropuerto de Tegel a media mañana tras hacer un sobrevuelo a baja altura sobre la “milla del aficionado”, donde se realizó la concentración.

 

Philipp Lahm, capitán de la escuadra, encabezó al equipo en su salida de la aeronave, que fue recibido por un coro de aficionados que cantaban “el fútbol regresa a casa” desde la terraza de la terminal aérea.

 

Tras él salió Schweinsteiger envuelto en una bandera alemana y con una curación bajo su ojo derecho causada durante un choque.

 

El equipo hizo un viaje de dos horas desde el aeropuerto a Berlín en un autobús decorado con números alusivos a las ocasiones en que Alemania ha ganado Copas del Mundo. Las anteriores fueron en 1954, 1974 y 1990.

 

Munich también formará parte de la celebración ya que la mayoría de los jugadores de la selección militan en la escuadra campeona de la Bundesliga, el Bayern Munich. El gobierno de Munich y el equipo planeaban hacer una recepción para su jugadores en el aeropuerto.

 

“Todos somos campeones mundiales. Por supuesto que recorrimos un largo camino para llegar al título, y fue increíblemente duro al final. Pero estamos increíblemente felices de estar aquí con los aficionados”. Lowe

 

 

La final del Mundial de Brasil que el domingo disputaron Alemania y Argentina, con triunfo de 1-0 para el equipo europeo, estableció una nueva marca de audiencia de televisión al ser vista por 26,5 millones de personas en Estados Unidos.

La marca es la más alta en la historia del fútbol en Estados Unidos y superó todas las expectativas que tenían las cadenas de televisión con los derechos de trasmisión, ESPN y ABC para el mercado anglo, y Univisión para el hispano.

De cuerdo a la compañía Nielsen, el partido, que se alargó a la prórroga, tuvo 17,3 millones de espectadores en ABC y otro 9,2 millones en Univision.