RÍO DE JANEIRO.- Todos se felicitan entre ellos. Las autoridades brasileñas respiran tras lograr llevar a cabo su Mundial conteniendo las protestas sociales, entregando los estadios a tiempo y superando el reto de logística y brindando seguridad en todas las sedes, mientras que la FIFA suspira porque hubo de nuevo un futbol atractivo, con muchos goles y operativamente satisfactorio.

 

Las autoridades evaluaron como un reto superado la organización del Mundial que finalizó ayer con la final disputada por Argentina y Alemania en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

 

“En qué foro podemos reunir con un fin tan generoso a todo el mundo girando en torno al evento. La Copa la vimos en las calles de Nueva York, Buenos Aires, todo el mundo, el fútbol y FIFA tuvieron la capacidad de llevar un evento geopolítico de gran repercusión”, enfatizó Aldo Rebelo, Ministro de Deportes de Brasil.

 

Por su parte, Luis Fernandes, miembro del Consejo de Administración del Comité Organizador Local analizó: “Se combinaron eficiencia de organización necesaria para ofrecer un evento de calidad y a la vez un entorno de celebración y festejos. Fue una de las características de la Copa. Tuvimos que asegurar la calidad de los servicios necesarios para que la fiesta pudiera tener lugar”.

 

Por ejemplo, presumieron lo bien que funcionó el sistema aéreo del país: “se trasladaron 485 mil pasajeros hasta cuartos de final, que superaron los 365 mil de carnaval. Fue un servicio muy bueno, con un promedio de retraso sólo del 7 por ciento, muy por debajo del estándar europeo. Hicimos un servicio muy eficiente”, dijo Fernandes.

 

Con respecto a la planificación urbana, Fernandes ponderó que la marca de la Copa “fue el acceso por transporte público a las sedes”, y describió “En el caso del Arena Corinthians, el 50 por ciento llegaron por transporte público; en Río dos terceras parte llegó por transporte público y el 63 por ciento del público lo hizo al Arena Pernambuco”.

 

En cuanto a la cantidad de turistas, se contaron 700 mil tan sólo en junio, y lo que más les agradó fue cambiar el perfil de turismo corporativo  usual en esta época del año.

 

La seguridad también fue un tema resuelto, pese a que había venido siendo uno de los grandes retos del país, que comenzó a trabajar con años de anticipación pacificando las favelas y estableciendo controles estrictos en todas las sedes mundialistas, en las que apenas se presentaron incidentes.

 

El presidente de la FIFA Joseph Blatter considera que Brasil merece una calificación de 9.25 puntos sobre un máximo de 10 por lo que describió como una Copa Mundial que resultó “muy especial” por el nivel del fútbol que se vio.

 

“Nosotros hemos mejorado. Brasil ha mejorado desde Sudáfrica”, sostuvo Blatter, quien hace cuatro años le dio una calificación de 9 puntos al Mundial sudafricano, que también estuvo rodeado de demoras e incertidumbre.

 

El nivel de juego, no obstante, fue muy superior al de Sudáfrica y se igualó el récord de goles anotados, que datada del Mundial de Francia 98, con 171.