MONTEVIDEO. El Gobierno de Uruguay, a través de su canciller Luis Almagro, se puso a las “órdenes” de los abogados de Luis Suárez para lo que pudieran necesitar ante la decisión de la Comisión de Apelación de la FIFA.

 

El Gobierno ya se mostró muy duro contra la FIFA sólo por conocer la sanción contra el jugador, un castigo que en el país fue interpretado como una persecución contra el jugador y como un ataque al equipo por haber eliminado a Italia e Inglaterra en la fase de grupos.

 

Uno de los más duros contra la FIFA fue el propio presidente José Mujica, que tildó de “manga de viejos hijos de puta” a los directivos de la organización.

 

Balbi señaló que desde la defensa del jugador “se veía venir” que mantendrían la sanción, que se mantuvo firme por “el corporativismo de la FIFA” y porque no hubo latinoamericanos en la comisión que ratificó la condena.

 

“Nos quedan una cantidad de dudas, ¿porque unos entran y no entran? ¿Por qué al vicepresidente que es argentino no lo dejaron entrar? (…). Los latinoamericanos están todos de acuerdo en que la pena es excesiva, no solo de la boca para afuera. Pero terminamos sufriendo un voto de representantes de Islas Cook o Guam”, dijo el abogado.

 

La FIFA rechazó la apelación de Luis Suárez y de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), y confirmó las suspensiones del delantero por morder a un oponente durante la Copa del Mundo. El delantero  del Liverpool deberá cumplir su sanción de nueve partidos de suspensión y cuatro meses de inhabilitación para toda actividad relacionada con el fútbol.

 

Si Suárez pide al TAS que suspenda el castigo durante una apelación, podría volver a entrenarse y jugar con su club hasta que haya un fallo final.

 

Cambio al Barcelona  

 

Apenas se conoció la sanción el 25 de junio, el Gobierno ya se dispuso a ayudar Suárez y brindó de emergencia un pasaporte a Balbi para que pudiera viajar ese mismo día a Barcelona para gestionar el traspaso del jugador al equipo culé.

 

El goleador uruguayo estaría a punto de ser transferido del Liverpool al Barcelona, una transacción que no se vería afectada del todo por la sanción. La decisión de la Comisión de Apelación, que aún puede apelarse ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, implica que si finalmente Suárez ficha por el Barcelona se perdería unos 18 partidos, entre amistosos y partidos de la Liga de Campeones, la Copa del Rey y la Liga de España.