CIUDAD DEL VATICANO. El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido coloquialmente como “Banco Vaticano”, ordenó el cierre de unas tres mil cuentas y bloqueó otras dos mil como parte de una operación de transparencia.
El IOR difundió este martes un amplio informe que ofreció datos de su balance para 2013 y anunció la conclusión de la “fase I” en el proceso de reforma del organismo, que incluyó la revisión sistemática de los documentos de la clientela (entre mayo de 2013 y junio de 2014).
Como consecuencia de ese análisis, hasta este día el instituto bloqueó casi dos mil cuentas por falta de datos, correspondientes a mil 329 clientes individuales y 762 clientes institucionales.
Además cesó su relación con otros tres mil clientes; unos dos mil 600 tenían cuentas desde hace tiempo no operativas y, por lo tanto, eran consideradas como “durmientes”. El resto, unos 396, fueron canceladas por pertenecer a sujetos que no debían tener acceso al banco.
La existencia de esas cuentas era un secreto a voces, siempre negado por las anteriores autoridades del IOR. Eran conocidas como “cuentas laicas” y pertenecían a personalidades del mundo de la política o de la finanza en Italia.
Esas “posiciones” alimentaron en el pasado la sospecha y protagonizaron, en algunos casos, escándalos públicos. Es la primera vez que el instituto reconoce públicamente que había brindado servicios a quienes no tenían derecho.
En dichas 396 cuentas había un total de 44 millones de euros (unos 59.8 millones de dólares). La cifra fue liquidada con transferencias a otros países y una mínima parte fue pagada en efectivo.
Para deshacerse de estas posiciones, el Consejo de Superintendencia del IOR debió emitir -en julio de 2013- una normativa con la cual restringió sensiblemente las categorías de clientes del instituto.
“Así, el IOR se comprometió a operar ahora sólo con instituciones católicas, eclesiásticas, empleados o ex empleados del Vaticano titulares de cuentas para salarios y pensiones, además de embajadas y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede”, precisó el informe.
Adicionalmente otras 359 cuentas, que no responden a los criterios establecidos por el Consejo y por un saldo total de 183 millones de euros (202.4 millones de dólares) a finales de 2013, fueron avisadas por un eventual cierre y están sometidas a ese procedimiento.
Al 31 de diciembre de 2013, el IOR tenía 17 mil 419 clientes, mientras en 2012 eran 18 mil 900. De éstos, cinco mil 43 son instituciones católicos, a las que pertenece 80 por ciento del capital, y 12 mil 376 individuos, que representan menos de 20 por ciento.
Al 30 de junio de 2014, el Instituto tenía 15 mil 495 clientes, con activos por seis mil millones de euros (uno ocho mil millones de dólares) y un patrimonio neto igual a 720 millones de euros (978 millones de dólares).
“Al inicio de mi mandato sostuve muchas veces que iba a perseguir con ‘tolerancia cero’ cada actividad sospechosa”, dijo Ernst von Freyberg, presidente del Consejo de Superintendencia del IOR.
“Hemos puesto en práctica nuestras reformas con este espíritu y hemos mejorado notablemente los procedimientos para hacer al instituto más seguro y transparente”, añadió.
A partir de esta semana, von Freyberg dejará su puesto, al igual que todos los miembros del Consejo y los principales directivos del instituto, a fin de permitir el inicio de la “fase II” de reforma, que dará como resultado una estructura más simple y eficiente.