El robo de material radiactivo en el Estado de México no se debe a la falla en los protocolos en su manejo sino a la crisis económica y de inseguridad en el país, afirmaron autoridades de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) a unos días de recuperar el contenedor con iridio 192 robado en Atizapán de Zaragoza.

 

 

En tan sólo ocho meses, tres transportes en los que se trasladaban contenedores con material radiactivo han sido robados en el Estado de México; el más reciente ocurrió el pasado jueves en Atizapán de Zaragoza, dos días después fue encontrado el material.
“La causa (de los robos) es la inseguridad que existe en el país, esta camioneta era una nueva del año, y ¿cuál fue el objetivo?, pues robarse la camioneta, pero como se dio conocer que transportaba material radiactivo seguramente los ladrones la fueron a botar por allí y por otro lado el contenedor.
“La gente normalmente, por la crisis que hay en el país tanto económica como de inseguridad, no va por material radiactivo porque ese material sólo tiene un uso único: radiografía industrial”, sostuvo Mardonio Jiménez Rojas, director de Supervisión de Operaciones de la CNSNS.
Los robos de este tipo de material, registrados en los últimos meses, no tienen relación entre sí y el único común denominador sería el problema de inseguridad, aseveró el funcionario en entrevista con 24 HORAS, y señaló que no hay ninguna falla en el protocolo para el traslado de esas fuentes radiactivas por parte de la Comisión.
“No hay ningún falla en el protocolo, lo que hay es una inseguridad grande en el país y en todos los estados, y en el Estado de México más. Ocurrió lo de Hueypoxtla, acaba de ocurrir lo del robo de la bodega en Tultitlán, y recientemente ocurrió lo del robo de la camioneta en Atizapán; entonces no, no hay relación entre unos y otros, definitivamente el común denominador es la inseguridad, porque pues es el delito de robo que se está acrecentando aquí en el país”, sostuvo Jiménez Rojas.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad indican que las averiguaciones previas por los delitos de robo a negocio, de vehículos y a transportista con y sin violencia en el Estado de México registran una disminución en los casos de enero a mayo, en comparación con los reportes que se dieron en el mismo período de 2013.

 

 

Menos peligroso

De acuerdo con Mardonio Jiménez, el contenedor amersham con la fuente radiactiva de iridio 192 robado la semana pasada, representaba un menor riesgo en comparación con el cabezal con cobalto 60 que fue robado en diciembre de 2013, debido a una amplia diferencia en el tiempo de vida de ambas fuentes.
El funcionario no descartó que los riesgos para quienes pudieran manipularlo directamente serían muy altos y traerían consigo consecuencias como “quemaduras severas” dependiendo del grado de exposición.
“La fuente radiactiva robada tenía una actividad de aproximadamente 30 curies, con iridio 192, que es un material que se utiliza para radiografía industrial, y esas fuentes normalmente importadas de Estados Unidos y Canadá entran con 120 curies, esta fuente en específico llegó en febrero de este año y por eso su decaimiento es tal, por su vida media que es aproximadamente de 62 días, relativamente chica, pero importante”.
“Si recordemos el incidente de Hueypoxtla (diciembre 2013) con el cabezal que llevaba una fuente de cobalto 60 de aproximadamente 3 mil curies, entonces podemos dimensionar la cantidad de una y otra, más allá de eso están las vidas medias, que mientras el cobalto 60 tiene una vida media de 5 años, la del iridio 192 es de 62 días”, precisó el especialista.

 

Respecto al robo del 8 de junio pasado en un laboratorio ubicado en Tultitlán, Estado de México, donde un comando entró a robar un equipo medidor de compactación de suelos con dos fuentes radiactivas, Jiménez Rojas minimizó el hecho al señalar que “entre las cosas que se llevaron estaba ese medidor, pero que seguramente no sabían lo que se estaban llevando.
“No hay ninguna relación, lo que tienen en el caso de diciembre y este, registrado el jueves pasado, es que quieren llevarse los vehículos”, reiteró.

 

 

Los casos

3 de julio. En el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, fue robada una camioneta que transportaba un contenedor con una fuente radiactiva utilizada en radiografía industrial; al otro día, la fuente fue hallada en el municipio mexiquense de Tlalnepantla de Baz, sin que haya sido abierta.
8 de junio. Un comando entró a una bodega del Laboratorio Nacional de la Construcción, en Tultitlán, Estado de México, donde tras amagar al personal se llevaron, entre diversas herramientas, un equipo medidor de compactación de suelos con dos fuentes radiactivas. Diez días después el material fue localizado en el municipio de Tultepec, en el mismo estado; el equipo estaba en una bolsa sin registro de manipulación.
2 de diciembre de 2013. En la localidad de Tepojaco, Hidalgo fue robada una camioneta que llevaba un equipo de teleterapia que contenía un cabezal con cobalto 60, material; dos días después en la comunidad de Hueypoxtla, Estado de México, a unos 40 kilómetros de donde fue el robo. El cabezal fue extraído de la caja y fue localizado en una casa, mientras que la fuente radiactiva estaba a más de 500 metros de ese punto, en el campo.

 

 

Seguridad radiológica

 

 

De acuerdo con el Reglamento para el transporte seguro de materiales radiactivos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), al cual México está suscrito, los principios fundamentales, requisitos y medidas de seguridad para la manipulación y traslado de ese tipo de materiales aplica tanto en las instalaciones como fuera de las mismas por el riesgo de radiación y daño en personas y el medio ambiente.
Según el reglamento el “Transporte seguro de materiales radiactivos”, es uno de los seis principios fundamentales que involucra al:
“Transportista”, cualquier persona, organización u organismo oficial que se encargue del acarreo de materiales radiactivos por cualquier medio de transporte.
La “Autoridad Competente”, cualquier órgano o autoridad designado o reconocido como tal para que atienda cualquier cuestión relacionada con el reglamento, en este caso la CNSNS.
Y el “Destinatario”, persona, organización u organismo oficial donde deberá ser recibido el material en cuestión.
En el apartado de requisito y controles para el traslado, la OIEA establece que los medios de transporte y el equipo habitualmente utilizados para el transporte de materiales radiactivos estarán sujetos a inspecciones periódicas a fin de determinar el grado de contaminación. La frecuencia de esas inspecciones dependerá de la probabilidad de que se produzca una contaminación, así como de la periodicidad con que se transporten materiales radiactivos y de su cantidad.