RÍO DE JANEIRO. La playa de Copacabana, la más famosa de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, fue el lugar hoy de dos protestas que se iniciaron de forma paralela contra “las víctimas de la violencia del Estado” y los desalojos para construir estadios que alberguen el Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016.

 

La primera de las manifestaciones reunió a un reducido grupo que hizo una caminata en paralelo a la “Fan Fest”, instalada por la FIFA en la arena de Copacabana, para rememorar a las personas asesinadas en las favelas por agentes policiales.

 

Entre las víctimas homenajeadas los presentes tuvieron un recuerdo especial para el albañil Amarildo de Souza, morador de la favela Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, y que fue desaparecido por la Policía hace casi un año, según concluyó la investigación judicial que aún busca sus restos.

 

Los asistentes también recordaron que mientras en los estadios se disputan los partidos de fútbol del Mundial, que comenzó hace once días y se extiende hasta el 13 de julio, en Brasil no existe un sistema público de salud ni de educación de calidad.

 

Durante su recorrido, se encontraron con una concentración impulsada por representantes de varias favelas de Río de Janeiro que se reunieron en la playa de Copacabana para denunciar la política de vivienda de Brasil.

 

En este sentido, hicieron particular hincapié en los desalojos desarrollados para construir algunos de los recintos del Mundial y de los Juegos Olímpicos que albergará Río de Janeiro en 2016.

 

Los asistentes colocaron 100 cruces sobre la arena con los nombres de varias favelas que han sufrido estos desalojos.