Será hasta después de la Copa del Mundo de Brasil cuando la Federación Mexicana de Futbol (FMF) se reúna con la liga para tratar de encontrar una manera de detener el grito homófobo que ha sido entonado por los aficionados y que provocó la apertura de un expediente disciplinario de parte de la FIFA, informó el técnico de la Selección Mexicana, Miguel Herrera.

 

Los mexicanos están siendo investigados por la conducta de sus hinchas durante el primer partido del Mundial ante Camerún.
“Creo que en su momento se hablará con la liga para llegar a un acuerdo con las aficiones de cada uno de los equipos”, dijo Herrera en una rueda de prensa previa al partido por la tercera jornada del grupo ante Croacia. “No creo que ni nosotros, ni la Federación quiere hablar con la afición que ha venido a disfrutar el Mundial”.

 

En México, los aficionados de casi todos los equipos de primera división gritan un insulto que hace referencia a la homosexualidad de una persona cada vez que el portero realiza un saque de meta.

 

El grito se originó en los partidos de Chivas de Guadalajara y se popularizó en un encuentro entre las selecciones de México y Estados Unidos en esa misma ciudad del occidente mexicano por la eliminatoria olímpica para las justas de 2004 en Atenas.

 

“¿Qué va a pasar mañana en la tribuna?, no tengo ni idea”, dijo Herrera sobre la posibilidad de que los aficionados sigan gritando el insulto a pesar de la polémica que ha generado.

 

En México, el tema ha provocado posiciones encontradas.

 

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación rechazó el grito y advirtió en un comunicado que es, sin más, una “expresión de desprecio, de rechazo” y que “no es inocuo (porque) refleja la homofobia, el machismo y la misoginia que privan aún en nuestra sociedad”.

 

“Sí, es un insulto, pero es como parte de lo coloquial, esa palabra es un verbo que lo usamos para todo”, añadió Herrera defendiendo a sus hinchas. “No es algo que la afición haga para ofender”.