Una salida que para propios y extraños no representó ninguna novedad, sólo el desenlace del paso de un gobernante ausente que acumuló muchos pendientes, entre ellos, la probable vinculación de su familia con el narcotráfico. Una gubernatura omisa, la representación de lo que se conoce como un “estado fallido”, así fue el gobierno en Michoacán durante la administración de Fausto Vallejo Figueroa, quien ayer oficialmente dejó de ser el gobernador de la entidad.

 

“Su salida no fue una sorpresa. Con un estado de salud lamentable, que le hizo pedir en varias ocasiones licencia, los problemas de seguridad, la posible involucración de su familia con el narcotráfico, y el que haya perdido peso específico y real ante la figura de Alfredo Castillo (comisionado de la Federación en Michoacán) que realmente eclipsó la del gobernador todo eso explica su salida”, aseveró, Luis Miguel Pérez Juárez, profesor Investigador del Tecnológico de Monterrey.

 

En entrevista con 24 HORAS, el especialista en tema de transición, democracia, y negociación señaló que tras la renuncia de Vallejo Figueroa, a escasos año y medio del cambio de gobierno, fue el resultado de una serie de problemáticas procedentes incluso antes de que llegara al poder, donde Michoacán ya era visto como un “estado fallido controlado desde su raíz, y en muchos municipios con una enorme penetración, por los grupos de narcotráfico”.

 

“La gubernatura de Fausto no se puede decir que fue gris, ojala pudiéramos decir eso pero simple y llanamente fue omisa, omisa a las responsabilidades, al seguimiento de la seguridad, y a la certeza de qué es lo que realizaban sus colaboradores”, sostuvo el experto; por lo cual, señaló, se derivó la entrada de la Federación como prueba de un “rebase total” en todos aspectos de su mandato, donde las últimas semanas el ex mandatario tuvo una posición mucho más secundaria, lo cual era evidente.

 

El Reto

 

Para el doctorado en Democracia por la Universidad Complutense de Madrid, España, el gran reto al que se deberá enfrentar el próximo gobernador interino que nombre el Congreso michoacano será el de tomar las riendas y la capacidad de soberanía que actualmente y por necesidad urgente ocupa el gobierno federal.

 

“El próximo gobernador interino tiene una situación bien difícil, que es sentarse en el gobierno de un estado libre y soberano pero que ha quedado rebasado, Lo primero que tiene que hacer es hacer valer una silla que estuvo desocupada durante estos años, y hacerla valer, tomar las riendas del estado manejadas desde el mismo estado”, advirtió.

 

Tarjeta de cambio, sin resolver…

 

Como parte de las causas, Pérez Juárez señaló que la probable vinculación de Rodrigo Vallejo con el crimen organizado pudo ser la “gota que derramó el vaso” para que decidiera dejar el cargo, la cual también pudo significar una carta de cambio con el caso del que se desempeñara como su secretario de gobierno en lugar de algún miembro de su familia.

 

“No hay que ser un genio para saber que en Los Pinos y en la reunión con Miguel Ángel Osorio (titular de la Secretaría de Gobernación) este tema salió a relucir, y la especulación que todos hacemos es que sí habrá existido una carta de cambio de negociación en el sentido de seguir con el proceso de Jesús Reyna, no afectar a la familia y quitarse ya de en mediado para que el gobierno federal actué solo”, subrayó Miguel Pérez.

 

Ante dicho panorama y en búsqueda de una salida un tanto más digna, el también maestro en Administración Pública y Política Pública consideró que en el caso de que Rodrigo Vallejo “siente que tiene argumentos suficientes deberá presentarse con la mayor transparencia a un proceso de investigación y tratar de quitar de todos nosotros que esto fue una carta de pago o una negociación”.

 

“En la medida de que él (Rodrigo) salga a la luz, que afronte esta situación, ayudará mucho tanto a su padre, al hoy ex gobernador, como a él mismo para demostrar que finalmente no fue una carta de cambio su seguridad si no que finalmente es una salida de su padre por motivos de salud”, sostuvo.