HAILEY. Los planes de realizar una ceremonia de bienvenida para el soldado estadunidense Bowe Bergdahl, quien recientemente fue liberado tras cinco años de cautiverio en Afganistán, tuvieron que ser cancelados ante la controversia suscitada por su canje.

 

Ha surgido una enorme controversia en el mundo político estadunidense ante denuncias de que el sargento Bergdahl desertó a sus camaradas y de que no se justificaba dejar en libertad a cinco ex altos jefes de los talibanes a cambio de él.

 

Entretanto en Bruselas, el presidente Barack Obama declaró que “no tengo nada en absoluto de qué disculparme” por las gestiones para obtener la libertad del soldado.

 

A la hora de lograr el regreso de combatientes capturados por el enemigo “no nos preguntamos si hay que hacer el esfuerzo para lograr que vuelvan”. Añadió que la salud de Bergdahl se estaba deteriorando y “estábamos consternados” por ello.

 

“Vimos la oportunidad y la aprovechamos, y no tengo nada en absoluto de qué disculparme”, dijo Obama en una conferencia de prensa con el primer ministro británico David Cameron.

 

En una editorial, The New York Times analiza que la Casa Blanca intenta sin éxito neutralizar el malestar en el Congreso sobre el reciente canje. Según el rotativo, esto quedó evidenciado después que altos funcionarios de inteligencia explicaron a puertas cerradas a todos los miembros del Senado la versión oficial sobre la liberación de terroristas islámicos de los talibanes a cambio de la libertad del sargento.

 

Senadores demócratas y republicanos que participaron dijeron que la presentación no aportó evidencias serias de que la salud de Bergdahl sufriera un deterioro reciente o que su vida estuviera en un peligro inminente, e insistieron en que la liberación de los reos afganos pone en riesgo las vidas de estadunidenses.

 

A juicio del demócrata Joseph Manchin, la explicación de los argumentos de los servicios de espionaje dejaron a sus colegas más preguntas que respuestas.

 

El jefe del Ejército, general Raymond Odierno, prometió este miércoles investigar “las extrañas circunstancias” que rodearon la captura de Bergdahl, a quien algunos de sus compañeros de armas acusan de ser un desertor.

 

Mientras tanto, en el poblado de Borgdahl, en el centro de Idaho, muchos habitantes rechazaron las críticas, y enfatizaron que lo único que quieren es que el joven regrese a casa. El poblado de ocho mil habitantes ha recibido amenazas y quejas por quienes acusan al joven de 28 años de ser un traidor.

 

Las autoridades, ante el temor de que vendrán multitudes a manifestarse a favor y en contra, cancelaron la ceremonia.

 

Bergdahl fue capturado cuando salía de su base desarmado en el 2009. Se encuentra actualmente en un hospital militar en Alemania, donde su condición ha sido calificada de estable. AP