El estadio Arena Corinthians en Sao Paulo será el escenario de dos eventos históricos el 12 de junio. Uno es la apertura de la mayor fiesta del futbol, el otro es el debut de una tecnología revolucionaria que podría transformar la vida de millones de personas.

 

Un exoesqueleto permitirá a un parapléjico hacer el saque de honor en el partido Brasil-Croacia.

 

El sistema de interacción por señales del cerebro entre parapléjicos y un complejo exoesqueleto acoplado al paciente fue probado con éxito en las últimas semanas en Sao Paulo y el jueves, tras la última prueba clínica, quedó listo para ser exhibido en un evento que promete un récord de audiencia de televisión en el mundo, según su responsable, el científico brasileño Miguel Nicolelis

 

“La forma como distribuimos esas señales (cerebrales) en las partes del cuerpo del paciente que aún tienen sensibilidad fue uno de los grandes descubrimientos del proyecto”, dijo Nicolelis.

 

El proyecto, conocido como “Walk Again” (Andar de nuevo), forma parte del desarrollo de una nueva tecnología de movilidad, la neurorehabilitación, que permite a la mente mandar señales a una vestimenta robótica conocida como exoesqueleto.

 

“Creamos un sistema de interacción entre paciente y exoesqueleto que no existía y vamos a seguir trabajando para perfeccionar el sistema en futuras versiones”, agregó Nicolelis, que lideró un proyecto en el que participaron científicos de varios países.

 

Según el investigador, la distribución de señales se produce a través del “deseo del ser humano de moverse, que es transmitido para el sistema, al tiempo que el exoesqueleto le manda señales de vuelta al operador cuando realiza los movimientos ordenados”.

 

Según Nicolelis, a diferencia de un robot, controlado por softwares, el exoesqueleto es “un híbrido que permite al ser humano interactuar con el equipo”.

 

El científico brasileño asegura que propiciar la sensación real de volver a andar es sólo el comienzo de lo que el proyecto puede alcanzar y que, por eso, las pruebas proseguirán después del 12 de junio, día del partido inaugural del Mundial.

 

Hasta ahora fueron 17 meses de trabajo concentrado en un laboratorio con ocho voluntarios escogidos por sus “parámetros médicos” y que proseguirán en los próximos pasos del proyecto.ayos con interfaces cerebro-máquina.