Las 87 mil mesas de votación que estaban instaladas en Colombia acaban de cerrarse y se espera que en al menos media hora se conozcan los primeros resultados de los comicios presidenciales, cuya previa estuvo marcada por señalamientos de guerra sucia entre las campañas.
La jornada transcurrió en completa normalidad, dijo el general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional.
El registrador Carlos Ariel Sánchez, al frente del organismo que hace el escrutinio de las elecciones, espera que alrededor de las ocho de la noche (0100 GMT) se tengan los resultados de los comicios con el 99% del proceso de preconteo.
El presidente Juan Manuel Santos, de 62 años, se juega la reelección ante otros cuatro candidatos.
Sin embargo, el rival más fuerte es Oscar Iván Zuluaga, de 55 años y punta de lanza del partido político del polémico expresidente Alvaro Uribe (2002-2010).
Las encuestas registraron un empate entre Santos y Zuluaga y pronosticaron una segunda vuelta entre los dos candidatos, que se realizaría el 15 de junio si ninguno de los postulantes obtiene el 50% más uno de los votos.
“Quiero un cambio, ya Santos tuvo una oportunidad y no la aprovechó. Espero que el próximo gobierno le ponga los puntos sobre las íes a la guerrilla”, dijo Carlos Ramírez, un contador de 42 años que aseguró haber votado por Zuluaga. “¡No más aguas tibias!”, exigió.
Para Martín Garavito, un contador de 77 años, “la paz en este momento no es el gancho para elegir un presidente, pues no creo que haya paz en mucho tiempo”, agregó.
Respaldar a un “tercero” no pareció descabellado para la profesional Lina Caicedo, de 21 años, quien votó por la aspirante del partido Conservador. “Tenía claro que por Zuluaga no iba a votar. Veo en él a Uribe, y creo que no puede ser presidente una persona que tiene la sombra de otra figura”, sostuvo.
El respaldo del exmandatario le ha costado a Zuluaga docenas de críticas, al punto de que le atribuyan ser un mero “títere”. Los más osados aseguran que un eventual gobierno suyo se traduciría en otros cuatro años de jefatura uribista, pero “en cuerpo ajeno”.
Rebeca González, una abogada que sufragó en la ciudad caribeña de Cartagena, consideró que la abstención será nutrida en esta zona. “La gente está muy decepcionada, hastiada y confundida. Prefieren no salir a votar para no apoyar a ninguno” de los aspirantes.
Santos votó a primera hora. Garantizó un desarrollo trasparente de los comicios y confió en la tranquilidad de la jornada, luego de que las guerrillas de las FARC y el ELN anunciaran un cese el fuego unilateral entre el 20 y 28 de mayo.
Las negociaciones entre el gobierno y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se realizan desde finales de 2012 en Cuba, se han convertido en el caballito de batalla de una contienda salpicada por escándalos de espionaje y la posible penetración del dinero del narcotráfico, y atizada por las acusaciones de guerra sucia entre las campañas.
De los cinco aspirantes, el único que ha amenazado con terminarlo el proceso de conversaciones es Zuluaga, defensor de la lucha armada frontal contra los grupos insurgentes.
En los comicios se miden, además de Santos y Zuluaga, el exalcalde de Bogotá y aspirante por el partido Alianza Verde, Enrique Peñalosa; la conservadora Marta Lucía Ramírez; y Clara López, por el izquierdista Polo Democrático Alternativo.
Sobre la eventual incidencia de los escándalos en los resultados de la jornada, el analista político de la Universidad de La Sabana Juan David Cárdenas anticipó dos escenarios: el primero, donde las polémicas “refuercen las convicciones de los seguidores de los candidatos involucrados, al percibirlos como víctimas” de señalamientos quizá injustificados.
Y el segundo, donde esas conductas “podrían imponer algún parámetro moral entre los indecisos que termine decantando su decisión… y opten por el voto en blanco o, en el peor de los escenarios, aumenten la abstención del país”, que en ocasiones ha superado el 50% del padrón electoral.
Un sondeo publicado recientemente por la revista bogotana Semana ubicó al voto en blanco en el tercer lugar de preferencias, seguido de López, Ramírez y Peñalosa, aspirantes que aparecieron casi siempre refundidos en el fondo de las encuestas.
Cárdenas no despreció, empero, que alguno de ellos se cuele entre Zuluaga y Santos y alcance la segunda vuelta. “Pero es difícil en un país tan polarizado”, puntualizó.