Van detrás de él como si fuera candidato, presidente municipal o gobernador. No siempre atinan a su apellido pero al final de cuentas, luego de subir y bajar y de andar por aquí y por allá y de acudir a él para cuantos menesteres se les ocurran, los colonos lo llaman y lo reconocen como: El doctor…

 

El tal doctor -ese señor larguirucho y con lentes- es nada menos que Roberto Campa Cifrián, el subsecretario de Gobernación que se encarga del Programa de Prevención del Delito.

 

Lleva su programa definido: Acapulco, Guerrero. 19:30 horas, Polígono Unidad Habitacional Colosio. Escuela primaria, Coro y percusiones de la orquesta infantil; 20:20 Save the Children, plan de acción; 21 hs, Tanque amarillo, videoclip de jóvenes de Hip Hop; 21:30, Calle principal, encendido de alumbrado; 22 horas, cena Coparmex.

 

Pero antes de que Campa pueda dar paso para cada una de las actividades que le han organizado para esas primeras horas de gira Margarita González Gamio y Patricia Hernández (sus enlaces para Guerrero), lideresas de la colonia se plantan a las afueras de cada lugar.

 

Y no, no era para gritar o abuchear (al menos no fue así durante el recorrido por los distintos puntos de Acapulco). Era para plantear problemas urgentes. En el caso de la Unidad Colosio, por ejemplo, el problema de desazolve del canal.

 

“Estamos asustados -le decían las señoras-, ya vienen las lluvias y nos va a ir peor que el año pasado, doctor…; ahora no hay por dónde escape el agua pues con la obra del macrotúnel vinieron a echar la tierra por donde el agua se iba y ahora esto es una alberca.”

 

“Vea el canal doctor… ¡hasta cocodrilos hay!”, soltaban otras y hasta querían llevarlo a que viera la zona.

 

“Doctor, queremos un hospital general…”, pedirían al día siguiente más mujeres por la Colonia Jardín Palma, allá en Pie de la Cuesta.

 

Campa las escuchaba. Andrés Creel, su ayudante personal,  juntaba papeles, recibía peticiones. No era lo suyo propiamente, pero para la gente del lugar eran “el gobierno”, quienes los estaban ayudando “con los muchachos” y sobre todo, decían, “viene el doctor… y él sí cumple”.

 

¿En qué les había cumplido? En lo suyo: Entrega de lentes a niños con problemas de vista, capacitación y equipo para emprender pequeños negocios, cancha de basquet techada, formación de un jardín del arte y de una pequeña orquesta de niños, alumbrado en zonas oscuras y abandonadas, recuperación de espacios para juegos y arte urbano.

 

¿Apenas un granito de arena ante la inmensidad de problemas y necesidades? Sin duda. Así lo ven también el propio Campa y su encargado de comunicación, Rafael Reyes.

 

Pero quizás alguien, algún día, pueda decir: “A mí me cambió la vida…”

 

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EL JAGUAR EN ACAPULCO.- Por cuanto rumbo nos paramos en Acapulco en estos días, se nos apareció la imagen de Armando Ríos Piter.

 

Si no era un espectacular en alguna avenida importante, lo hallábamos en las colonias más recónditas. ¿Cómo? Pues en carteles desplegados en la parte posterior de los camiones urbanos. ¡Y son un titipuchal!

 

El motivo de tanta publicidad es el Informe de labores que va a presentar el senador perredista el próximo domingo en el Centro de Convenciones. Esperan cerca de ocho mil invitados y su equipo le está chambeando en serio.

 

Por aquella tierra ven a El Jaguar como el próximo gobernador de Guerrero. No hay quien se le ponga enfrente, dicen.

 

¿Y el senador Sofío Ramírez?, preguntamos.

 

Pues aunque lo consideran el favorito del gobernador Ángel Aguirre Rivero, creen que el mandatario va a utilizar a Sofío como pieza de cambio. Esto es, que “va a bajar” a Sofío y va a dejar que Ríos Piter sea el candidato, a cambio de que su hijo (Ángel Aguirre Herrera, actualmente diputado local por el PRD) sea el candidato a la presidencia municipal de Acapulco.

 

Eso es lo que se comenta en los comederos políticos del puerto. Pero entre tanto, Ríos Piter hace lo suyo, le chambea  y promete: “Resultados para la gente”. Eso reza su publicidad.

 

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GEMAS: Obsequio de Gustavo Madero: “El PAN de hoy y de mañana está más orientado a configurar su futuro que a añorar su pasado, más deliberativo y menos burocrático; más ciudadano y menos endogámico; más institución y menos caudillismos; más moderno, menos arcaico”.