SAO PAULO. Fuleco es el nombre de la mascota de Brasil 2014, se inspira en un armadillo de tres bandas, que es un animal  en grave peligro de extinción.

 

Y ante esta situación, un grupo de ambientalistas anunció el lanzamiento de una campaña para proteger al armadillo en el marco de la Copa del Mundo.

 

“Esperamos que la mascota del Mundial ayude a la sociedad y al gobierno a ser conscientes de la importancia de salvar al armadillo y su hábitat natural de la extinción”, dijo Liana Sena, coordinadora de la Asociación Caatinga.

 

Por su parte el gobierno brasileño también lanzará una campaña para la conservación de este animal.

 

“El objetivo es sacar al armadillo de la lista de animales en peligro y que pase a categoría de vulnerable. Es un gran desafío”, dijo la bióloga Flávia Miranda, de la Universidad Federal de Minas Gerais, una de las coordinadoras del proyecto.

 

El plan de conservación propone ampliar las áreas de conservación, crear corredores verdes para unirlas y la financiación de un centro de estudios.

 

El armadillo corre peligro debido a la deforestación y la caza en su hábitat del noreste brasileño. Su carne es considerada un manjar en la región.

 

Científicos vinculados al instituto de biodiversidad ICMBIO del gobierno han presentado una provocadora campaña en la que reclaman a la FIFA y al Gobierno que cada gol del Mundial sea transformado en mil hectáreas de protección de la Caatinga.

 

La petición es que por cada gol del Mundial, que se celebra en 12 ciudades brasileñas del 12 de junio al 13 de julio, se transforme en más protección para el armadillo.

 

Los armadillos miden unos 50 centímetros y cuanto se siente en peligro se recoge y con su duro caparazón forma una perfecta bola, de ahí su elección como mascota de la Copa del Mundo.