Las inundaciones provocaron más de tres mil deslaves el domingo en los Balcanes, cubrieron de lodo pueblos y aldeas, y desenterraron minas sin estallar que quedaron en la región desde la guerra de la década de 1990, junto con las señales de advertencia que indicaban su ubicación.

 

Las peores inundaciones que hayan afectado a los Balcanes desde que se tiene registro obligaron a decenas de miles de personas a abandonar sus viviendas y amenazaban con afectar la principal planta eléctrica de Serbia, que presta servicio a más de un tercio del país y principalmente a la capital, Belgrado.

 

Las autoridades organizaron un puente aéreo para evacuar por helicóptero a las aterradas familias antes de que las aguas inundaran sus casas. Muchas personas fueron rescatadas desde las azoteas de sus viviendas.

 

Las aguas decrecieron el domingo en algunas localidades, dejando visible la dimensión de los daños. En otras partes, las autoridades de manejo de emergencias advirtieron que las aguas continuarían ascendiendo hasta el domingo por la noche.

 

“La situación es catastrófica”, dijo el ministro bosnio de refugiados, Adil Osmanovic.

 

La acumulación después de tres días de lluvia fue equivalente a la de tres meses, provocando las peores inundaciones desde que se comenzó a llevar registro hace 120 años. Por lo menos dos docenas de personas han muerto, y se prevé que haya más víctimas.

 

La lluvia ha provocado unos 2.100 deslaves que han cubierto los caminos, viviendas y aldeas completas en toda la montañosa Bosnia. Se informó de otros 1.000 deslaves en la vecina Serbia.

 

Visto desde el aire, casi una tercera parte del noreste de Bosnia parece un lago pantanoso, con casas, caminos y vías de trenes sumergidos. Las autoridades calculan que un millón de personas —más de una cuarta parte de la población del país— vive en las áreas más afectadas.

 

La villa de Horozovina, a la orilla de una colina, prácticamente se dividió en dos por un alud que devoró ocho casas. Al menos otras 100 viviendas están bajo amenaza por la inestabilidad del terreno. La gente cuenta cómo apenas lograron escapar ilesos o sobrevivir.

 

“No tengo casa. No tengo nada, ni siquiera un mondadientes”, dijo uno de los residentes, Mesan Ikanovic. “Salí de la casa descalzo, cargando a mis dos hijos”.

 

Agregó que él y su familia tuvieron apenas 10 minutos para escapar de una posible muerte. Ikanovic comenta que apenas sacó la hipoteca y se mudaron el año pasado. “Ahora no tengo nada ¿Dónde vamos a vivir?”.

 

La casa de Semid Ivilic en la parte baja de la villa sigue en pie, pero viendo la masa de tierra y escombro que devoró las casas de sus vecinos, está preocupado. “Nadie vendrá a ayudarnos”, dijo.

 

En Bosnia se esconde además otra amenaza bajo los escombros anegados: las minas terrestres.

 

Las autoridades han intentado durante dos décadas de eliminar un millón de minas terrestres enterradas durante la guerra de la que Bosnia fue escenario de 1992 a 1995.

 

Antes de las inundaciones, aproximadamente 120 mil artefactos explosivos continuaban en nueve mil 416 lugares marcados como campos minados.

 

Las inundaciones han derrumbado riberas en los ríos y provocado derrumbes de tierra en los que han quedado expuestos letreros que advierten sobre campos minados.

 

Un funcionario del Centro de Acción Antiminas de Bosnia, Sasa Obradovic, dijo que su agencia comenzará el lunes a desplegar exploradores que busquen estos artefactos explosivos.

 

“Lo que nos pasó no sucede cada 100 años, sino cada mil”, dijo el primer ministro serbio Aleksandar Vucic durante una junta de gobierno transmitida por la televisión local.