La inoportuna lesión de Serge Ibaka en el tercer cuarto espabiló a los Oklahoma City Thunder y de la mano de un imparable Kevin Durant consiguieron superar a Los Angeles Clippers (98-104) para lograr el pase a las finales del Oeste, donde esperan los San Antonio Spurs.

 

Durant concluyó con 39 puntos y 16 rebotes, mientras que Russell Westbrook añadió 19 tantos (4/15 en tiros) y 12 rebotes. Ibaka aportó 6 puntos y 2 rebotes en los 29 minutos que disputó antes de lesionarse en el gemelo izquierdo.

 

Chris Paul lideró a los suyos con 25 puntos y 11 asistencias, en tanto que Blake Griffin, expulsado a falta de 2:27, sumó 22 tantos y 8 asistencias.

 

Los fuegos artificiales de la presentación de los Clippers se tradujeron en una titánica batalla donde saltaban chispas en cada posesión. y en la que cada movimiento por hacerse con un hueco en la pintura se erigía en un monumento a la lucha y el sufrimiento.

 

Ese choque entre potencias, con Jack Nicholson como testigo de excepción, empezó por decantarse del lado de los californianos debido a los problemas de faltas de los Thunder -Perkins y Westbrook cometieron dos en los primeros 7 minutos-, circunstancia aprovechada por su rival para tomar hasta 16 puntos de ventaja en el segundo cuarto (32-16, 39-23).

 

Durant y Westbrook comenzaron con la pólvora mojada (1/11), hasta el punto de que Steven Adams era el máximo anotador del conjunto de Scott Brooks a falta de 5 minutos para llegar al descanso.

 

El MVP de la Liga no tardó en reaccionar y con tres triples consecutivos redujo la brecha (41-36), pero no fue suficiente para neutralizar un ataque angelino imparable que hiló un 9-0 (50-36) gracias a la energía de Griffin, el acierto de JJ Redick y la distribución de Paul.

 

Tan bueno fue el movimiento de balón que 17 de las 18 canastas de los Clippers en la primera mitad llegaron gracias a asistencias. Pero esa circulación tan fluida desapareció con la mejoría defensiva de Oklahoma.

 

Durant, picado en su orgullo, volvió a destapar el tarro de las esencias (59-54) justo cuando más lo necesitaba su equipo debido a la lesión de Ibaka. Paul avisaba a sus compañeros en un tiempo muerto de que estaban empezando a “estancarse”. No le faltaba razón.

 

Los Thunder se aferraban con uñas y dientes al partido y se beneficiaban del despertar tardío de Westbrook, hasta el punto de que un triple de Nick Collison sobre la bocina dejaba en tablas el marcador (72-72) con un periodo por disputar.

 

La primera ventaja de Oklahoma (74-76) llegó al mismo tiempo que Durant alcanzaba los 30 puntos y el equipo empezó a darle la vuelta a la situación por completo (80-90) con un Durant imperial que hacía trizas el aro local.

 

Oklahoma veía el camino y olía sangre. Durant y Westbrook, a pesar de llevar el peso del juego, repartían el balón cuando la defensa se cerraba sobre ellos y hombres como Reggie Jackson o Adams respondían a las mil maravillas.

 

Dos faltas en ataque señaladas a Paul y Griffin enervaron el público -una persona fue expulsada por lanzarle cerveza al árbitro Ed Malloy- y los fallos en el tiro seguían sucediéndose por parte de los Clippers.

 

Con el ambiente enrarecido por esa acción, Griffin fue expulsado con 86-95 y Westbrook lograba que su equipo viera la luz al final del túnel tras convertir dos tiros libres. El telón, en cambio, descendía lúgubre sobre la marea roja del Staples.