NUEVA YORK. El exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg presentó hoy el museo de la Memoria, que rinde tributo a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que se compone de “historias demoledoras de pérdidas inimaginables, pero también historias inspiradoras de coraje y compasión”, aseguró.

 

“Con su apertura cumplimos el compromiso que hicimos a los familiares de las víctimas, que nunca olvidaremos a los que perdimos ni las lecciones terribles que aprendimos ese día”, aseguró Bloomberg, en su calidad de presidente del museo, antes de enseñar a la prensa algunas de las estancias del mismo.

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Junto a él estuvieron en rueda de prensa el director del Memorial, Joe Daniels y la directora del museo, Alice Greenwald, un día antes de que el mandatario estadounidense, Barack Obama, dé el pistoletazo de salida a la semana de homenaje y una semana antes de la apertura del museo al público, el 21 de mayo.

 

A pesar de lo emocionante de este momento para los neoyorquinos, esta inauguración no ha escapado a las polémicas, ya que un grupo de familiares de las víctimas criticó que se hayan trasladado a este museo los restos de víctimas sin identificar.

 

“Hay casi 3, 000 familias que creen que es una buena idea y unas decenas que están en contra. Estamos en una democracia y hay que respetar lo que quiere la mayoría”, contestó Bloomberg a la inevitable pregunta.

 

La segunda controversia se sitúa alrededor del precio de la entrada, pues muchos consideran que, dada la temática del museo, el acceso debería ser gratuito. “Yo creo que la entrada quiere ser gratuita, pero todavía no hemos conseguido el dinero del Gobierno, así que ahora toca seguir pidiéndolo a los congresistas de Nueva York”, respondió el exalcalde.

 

Por su parte, Daniels se centró en el mensaje que este museo quiere transmitir y que, para él se resume en que el Museo de la Memoria “ayudará a contar lo que no entendieron las personas que atentaron contra nosotros”, dijo.

 

“Los lazos que nos unen se fortalecen de manera extraordinaria cuando tenemos que afrontar este tipo de circunstancias inimaginables”, concluyó sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001.

 

Recuerda al mundo las tragedias y los héroes del 11S

 

A lo largo de varias salas repartidas en más de 10, 300 metros cuadrados de exposición, los visitantes encontrarán desde dos tridentes de acero que formaron parte de la estructura de la fachada de la Torre Norte hasta los restos de un camión de bomberos o el motor de uno de los ascensores de la Torre Sur.

 

Los dos sectores principales del museo se encuentran bajo las enormes piscinas que presiden el Memorial del 11S, donde se pueden ver fotografías, maquetas y objetos personales de las víctimas y del personal de los servicios de emergencia y rescate, en un escalofriante recorrido donde lo visual y lo sonoro tienen un papel fundamental.

 

Otro de los puntos centrales es una enorme sala donde se encuentra “la última columna”, de 56 toneladas de peso y casi 11 metros de altura, retirada de la “zona cero” en mayo de 2002 y que en las semanas posteriores fue cubierta de mensajes, fotos y otros recuerdos por el personal de rescate, los voluntarios y familiares.

 

 

También hay un espacio importante que repasa la historia en los años previos a los ataques, desde el primer atentado contra el World Trade Center en 1993 y el surgimiento de Al Qaeda, a sus posteriores consecuencias, en un intento de los responsables del Memorial de invitar a la gente a reflexionar sobre lo que significa el 11S.