A la fecha no les ha funcionado, pero suficiente mérito ya llevan por seguirlo intentando: la selección inglesa vuelve a revolucionar el pre-Mundial con un plantel joven y un tanto inexperto, con valentía para prescindir de supuestas “vacas sagradas”.

 

Desde su debut, Ashley Cole había sido el defensa más prometedor en las islas británicas. No alcanzaba los veinte partidos en Liga Premier con el Arsenal y ya era parte del representativo que calificó al Mundial 2002; meses más tarde, con 21 años, era titular indiscutible en estadios japoneses. A su lado, otras promesas inglesas que explotaron disparmente y que no alcanzaron la dimensión esperada: Owen Lee Hargreaves, Joe Cole, Kieron Dyer, Wesley Brown.

 

Sven Goran Eriksson deseaba cambiar la inercia del llamado “Equipo de la Rosa”, refrescarlo, darle una dinámica que por fin sepultara un sistema de juego soso y predecible en su baloneo. Cuatro años antes Inglaterra había acudido a Francia 98 dando énfasis a la camada joven del Manchester United (Scholes, Beckham, Neville), pero en Corea-Japón se seleccionaron elementos todavía menos rodados.

 

Para el siguiente Mundial, Eriksson incluso seleccionó a un adolescente llamado Theo Walcott, quien todavía no había debutado en la máxima categoría. Por su parte, Cole ya saboreaba un contrato millonario del Chelsea. Creció, maduró, mejoró, aunque siempre con cierta sensación de tener algo más que ofrecer en la cancha o de estar sobrevalorado en su país. Como acontece con la mayoría de los futbolistas ingleses, su relación con una mujer del medio del espectáculo lo convirtió en presa de otro tipo de encabezados. La gran promesa defensiva acaparaba paparazzi cada que aparecía en alguna discoteca de Londres con la bellísima cantante Cheryl Tweedy.

 

Volvió a ser titular en Alemania 2006 y en Sudáfrica 2010, como esperaba serlo en su cuarta Copa del Mundo, Brasil 2014.

 

Ha sido precisamente en esa lista en la que su ausencia ha sorprendido: el director técnico Roy Hodgson decidió prescindir de Ashley, tras una última temporada irregular. Su puesto como lateral pertenece ahora a un muchacho de dieciocho años llamado Luke Shaw, acaso tan prometedor como Cole cuando comenzaba este siglo. Otro otrora indiscutible, John Terry, ya sabía desde unos meses atrás que no estaba en planes, aunque muchos pensaban que la sorpresa podía ser su regreso en aras de contagiar liderazgo y oficio.

 

En el plantel sí están elementos como Alex Oxlade-Chamberlain (20 años), Phil Jones (22), Ross Barkley (20), Raheem Sterling (19), todos ellos ya con episodios muy brillantes en la Premier League. El veterano que se ha mantenido es Frank Lampard (36), quien viaja a sabiendas de que su rol inicial es como suplente.

 

Toda una revolución. Actitud poco continuista y deseosa de por fin dar un carpetazo a tantas selecciones inglesas mediocres: juega el que mejor esté y el que más prometa.

 

Aunque eso, a día de hoy, no garantiza nada. Aunque eso todavía no ha funcionado en una Copa del Mundo a los Three Lions.

 

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