Aún con lluvia, granizo y desorganización, los autodenominados anarquistas causaron destrozos en negocios y vía pública y agredieron a reporteros durante su “conmemoración” por el Día del Trabajo. Pese a los actos violentos, la orden ayer de las autoridades capitalinas fue evitar confrontaciones. Nadie fue detenido.

 

Con una demora de 40 minutos, alrededor de las cuatro de la tarde, el reducido grupo, de unos 30  jóvenes y adolescentes encapuchados y vestidos de negro, se concentraron en la Plaza de la República. En el lugar, un grupo más amplio del Partido Comunista Mexicano también se alistaba para marchar, pero marcaron distancia y lo hicieron lejos de los “anarcos”.

 

Conforme se desarrolló la marcha, los llamados anarquistas ampliaron un poco sus filas, aunque no superaron los 60 integrantes. Mientras gritaban consignas y ondeaban sus estandartes, el contingente comunista decidió dejarlos encabezar la movilización y, con ello, evitar que se mezclaran con ellos, tal y como sucedió unas horas antes con los grupos sindicales y estudiantiles que prefirieron cerrar sus filas antes de provocar algún choque con la autoridad.

 

En los alrededores de los anarquistas no había rastro de granaderos o policías uniformados sólo agentes de investigación de la Procuraduría vestidos de blanco, quienes acompañaron el avance de los inconformes. Comercios y tiendas departamentales permanecían abiertos sobre la calle República, al cruce con Reforma, Avenida Juárez y Eje Central.

 

Lluvia, la señal

 

Ante un comportamiento “moderado”, los visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal caminaban junto al contingente sin registrar queja alguna. Pero, junto con la caída de una intensa lluvia, los ánimos de los anarquistas se incrementaron y empezaron a realizar pintas y golpear cortinas de negocios.

 

La violencia se desató sobre la calle 5 de Mayo. Armados con palos, rocas y cualquier objeto que tenían a su alcance, lo arrojaron contra reporteros gráficos y fachadas y ventanales de negocios y bancos. Dos sucursales crediticias resultaron con afectaciones y una tienda de ropa para caballero. No hubo informe de lesionados.

 

“Prensa vendida, prensa jodida” vociferaron los encapuchados al momento de agredir a los reporteros. Mientras los policías de la PGJDF se mantuvieron expectantes debido a que la orden era de no buscar confrontación y con ello propiciar “arbitrariedades”, como las denunciadas por la CDHDF durante la manifestación contra la Ley de Telecom, el pasado 23 de abril.

 

Una vez en el Zócalo, los anarquistas no lograron  coordinarse y la caída de granizo los dispersó por unos momentos. Tras el temporal, la “toma” de Televisa y el ir a Tepito eran algunas de las opciones que los jóvenes se planteaban, pero ninguna logró concretarse. Terminaron por enfilarse a la estación del Metro Pino Suárez, donde sólo algunos entraron, el resto se quedó afuera y se dispersó.

 

Evitar choques

 

“(El que no hubiera despliegue policial) fue en acato a la recomendación de la Comisión de Derecho Humanos, la decisión fue de hacer el acompañamiento para estas manifestaciones”, sostuvo a este diario un funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública, respecto al actuar de los uniformados durante los desmanes de ayer.

 

A través de un escueto comunicado, la CDHDF informó que hasta las 5:30 de la tarde, las concentraciones y movilizaciones culminaron “en el Zócalo capitalino con el acompañamiento del último contingente, integrado en su mayoría por jóvenes, sin registro de incidente o queja”.

 

Operativo

 

3,824 policías de la SSP-DF
1,200 policías de investigación de la PGJDF
248 vehículos, entre patrullas, motopatrullas, camionetas, ambulancias y helicópteros
25 visitadores de la CDHDF
2 Ombudsmóvil