¿Cuántas muertes se necesitan para tener suficiente? Cada año mueren cada vez más inmigrantes tratando de cruzar la frontera de México-Estados Unidos; en los últimos 12 años han muerto más de 2000 personas sólo en el desierto de Arizona. La película documental de Marc Silver ¿Quién es Dayani Cristal? expone la complejidad que supone para un inmigrante cruzar poco o mucho del continente americano hasta poder llegar, si llega, a EUA; como ejemplo el caso de Dilcey Yohan Sandres Martínez, natural de Honduras y que ya había cruzado la frontera al menos en una ocasión.

La parte documental es sobre las investigaciones realizadas por especialistas estadounidenses en casos de desapariciones de personas o hallazgos de cadáveres; la posterior identificación de algunos -poquísimos- de ellos y la búsqueda de los familiares para poder entregar los restos; las entrevistas, con las que se llega a varias conclusiones: las dificultades para llegar y cruzar la frontera y el desierto son casi invencibles, nunca hablan de los asesinados por las Patrullas Fronterizas -ése es un caso aparte-, podrían evitarse tales muertes si cambiaran las leyes antiinmigrantes, y Estados Unidos necesita y utiliza mano de obra barata pero le pone el camino difícil a ésta. De por sí, la situación de los que llegan es casi siempre lamentable.

La parte “ficcional”, la película, está protagonizada por Gael García, quien sigue los pasos de Yohan para vivir lo que él y plantear de mejor forma la situación de la mayoría de los inmigrantes sudamericanos, pues casi todos pasan por lo mismo y su fin es prácticamente el mismo: mueren por el viaje o asesinados (por policías o civiles); todo lo que pasa el actor es real, no hubo montaje de ningún tipo, únicamente la actuación de García.

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Las cosas se pueden voltear, la criminalización del migrante es inútil para un país como Estados Unidos, cuya mano de obra está constituida por ilegales casi al 100%. ¿Dejar entrar a los migrantes libremente? No, la posibilidad de que se establezcan de por vida en EUA es una razón válida pero los motivos para temerlo no: el pobre no tiene mucho que perder al dejarlo todo atrás, pero muchos de ellos abandonan a sus familias y las olvidan, dejándolas a su suerte; esto último no interesa al estadounidense, sólo no los quiere en su país (aunque los necesita).

Quizás en vez de crear leyes para mantenerlos fuera podrían establecerse reglamentaciones mucho más laxas pero bien estructuradas para controlar la entrada y salida de los migrantes. Si países como Canadá lo hacen, ¿por qué Estados Unidos no? por otro lado, en los últimos años la persecución del “sueño americano” se volvió más un pretexto y una frase aprendida que un hecho y los mismos migrantes lo saben.

No es imprescindible ni mucho menos urgente sólo una política de inmigración y protección de migrantes, etcétera, sino un cambio radical en las leyes internas que impacten directamente a la economía de los habitantes de los países de la zona latinoamericana, para que no surja en ellos la necesidad de ir a ningún lado; no tendrían por qué irse a ningún país si en el propio existieran las posibilidades para sobrellevar y resolver su sobrevivencia.

La película mueve y remueve todos estos temas, lo único que falta es que las personas “correctas” lo vean, reflexionen y empiecen a buscar soluciones radicales en las que los beneficios a la población sean los primeros… ¿Podrá alguien hacerlo algún día?

Este documental da otro golpe a las políticas migratorias estadounidenses evidenciando su estupidez, pues no ganan absolutamente nada prohibiendo el paso a los migrantes y sólo parece que su intención es deshumanizar al migrante, poniéndolo como mero dato: un muerto más, un migrante deportado más, un criminal al que puedo (y debo) explotar”.

¿Cómo resolver un problema que se ha venido lastrando por años? No sólo es la política gringa, también las pocas posibilidades que se tienen en los países desde el sur del río Bravo y el casi nulo interés por sus ciudadanos y sus necesidades; la inmigración, hay que recordar, comenzó por las necesidades de algunos que vieron infinitas posibilidades cruzando el río.