El papa Francisco expresa su preocupación por lo que ocurre en Venezuela e insta a todas las partes al diálogo en una carta que envió para la apertura de la mesa de diálogo en ese país y que hoy publica íntegramente el Vaticano.

 

“Estoy plenamente convencido de que la violencia nunca podrá traer paz y bienestar a un país, ya que ella genera siempre y sólo violencia”, advierte el papa en la misiva, que fue leída ayer en la apertura de la mesa de negociaciones por el nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano.

 

Al contrario, agregó el pontífice, “por medio del diálogo ustedes pueden redescubrir la base común y compartida que conduce a superar el momento actual de conflicto y polarización que hiere tan profundamente Venezuela”.

 

En la carta, dirigida al presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, a los representantes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y a los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Francisco ofrece sus oraciones para que “el proceso que está iniciando produzca los frutos deseados de reconciliación nacional y de paz”.

 

Jorge Bergoglio manifestó, ante todo, su “preocupación” y renovó su cercanía “a todos los venezolanos, y en particular por las víctimas de la violencia y sus familias”.

 

CARTA ÍNTEGRA

 

Deseo ante todo darles las gracias por la invitación que han dirigido a la Santa Sede, para participar en el proceso de diálogo de paz por su querido país.

 

A cada uno de ustedes, deseo asegurarles ante todo mis oraciones para que el encuentro, del proceso que están iniciando produzca los frutos deseados de reconciliación nacional y de paz, dones que invocamos de Dios para todo el pueblo venezolano, soy consciente de la inquietud y del dolor vivido por tantas personas y mientras manifiesto preocupación, por cuanto está ocurriendo de nuevo mi afecto por todos los venezolanos, en particular de las víctimas por la violencia y por sus familias.

 

Estoy plenamente convencido de que la violencia nunca podrá traer paz y bienestar a un país, ya que ella genera siempre y solo violencia, al contrario por medio del diálogo, ustedes pueden descubrir la paz en común y compartir la que conduce a superar el momento actual de conflicto y polarización que hiere tan profundamente a Venezuela.

 

Para encontrar formas de colaboración en el respeto y reconocimiento de las diferencias que existen entre las partes se favorecerá el bien común, todos ustedes en efecto comparten el amor por su País y por su pueblo; como también las graves preocupaciones ligadas a la crisis económica, a la violencia y a la criminalidad. Todos ustedes llevan en el corazón de sus hijos el deseo de paz que caracteriza a los venezolanos, todos tienen en común la fe en Dios y la voluntad de defender la dignidad de la persona humana precisamente esto les aúna y les apremia a emprender el diálogo que hoy inicia.

 

En cuya paz de detectar una auténtica cultura del encuentro que sean conscientes de que la unidad siempre prevalece sobre el conflicto, les invito a que no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo, sino que se habrán unos a otros para hacerse y ser auténticos constructores de paz.

 

En el centro de cada diálogo sincero está ante todo el reconocimiento y el respeto por el otro sobretodo, está el heroísmo del perdón y de la misericordia que no se rescatan del resentimiento, del odio y abren un camino realmente nuevo; se trata de un camino largo y difícil que desquiere paciencia y valentía pero es el único que puede conducir a la paz y a la justicia.

 

Por el bien de todo el pueblo y por el futuro de sus hijos les pido que tengan este coraje con estos sentimientos.

 

Acompaño a toda la querida nación venezolana y cada uno le imparto de corazón la bendición apostólica invocando la ayuda del señor.

 

Vaticano 10 abril de 2014