¿Qué le parecería una Liguilla en la que los ocho invitados fueran exactamente los ocho equipos más ganadores de títulos en la historia del futbol mexicano desde 1943? No es imposible, y menos con la volatilidad del balompié nacional, donde por primera vez en el siglo XXI se podrían ver juntos en la fiesta grande a todos ellos.

 

Las posibilidades y la tabla general así lo indican. Cada uno tiene posibilidades de Liguilla; pasando por América, pese a su mal momento, y Chivas, recién resucitadas por Ricardo La Volpe, ambos poseedores, cada uno, de 11 trofeos; siguiendo con los Diablos del Toluca y su decena de campeonatos; y ni qué decir del actual superlíder Cruz Azul y su eterna búsqueda de la novena estrella; un poco atrás también se apunta Pumas que persigue a La Máquina con siete títulos; sin olvidar al León y su recién adquirido sexto galardón; y para completar la octava: Pachuca y su manita de trofeos y Santos que tiene cuatro campeonatos en toda su historia. Cierto, los Guerreros están empatados en cuatro títulos con Monterrey, pero entre el mal paso de Rayados y que sólo hay ocho boletos, alguien tenía, o tiene, que quedar fuera de la fiesta.

 

Los ocho equipos con más campeonatos de Liga en plena lucha por anexar a sus vitrinas un trofeo más. Al menos a tres fechas de que termine el torneo, siete de ellos están en zona de calificación, sólo interrumpidos por los Xolos de Tijuana, que se encuentran séptimo, y, a cambio, León en el lugar 11, pero únicamente a tres puntos de meterse a la Liguilla.

 

Una combinación nada sencilla, vaya, que ni siquiera se da entre los clubes llamados grandes del futbol mexicano. Y es que para remontarse al último torneo en que se metieron a una Liguilla América, Chivas, Pumas y Cruz Azul, hay que remontarse hasta el Clausura 2011, cuando los universitarios se coronaron a costa de Morelia, en unos Pumas en los que todavía actuaba Juan Francisco Palencia, hoy presidente deportivo del chiverío.

 

Algunos tienen títulos recientes como León (Apertura 2013) y América (Clausura 2013), ni siquiera de Santos Laguna, que adquirió su cuarto trofeo hace dos años (Clausura 2012); ni de los Pumas, ganadores del Clausura 2011, o el Toluca campeón en el Bicentenario 2010.

 

Otros que ya cuentan más de un lustro de espera, como Pachuca y su última corona del Clausura 2007, o de Chivas, que se acerca peligrosamente a la década con la última copa recibida en el Apertura 2006, aunque nadie ha bordado y desbordado más veces en su playera una estrella como La Máquina, que recuerda el invierno 1997, como la última ocasión que removió las puertas de la vitrina donde se guardan los títulos de Liga, sí 17 años de ayuno, de abstinencia.

 

León es el único de los ocho que no controla su destino. Tiene a la mano el boleto, pero también necesita de algún tropiezo de los de Tijuana; el resto, controla su entrada a la fiesta si mantiene la posición o la mejora, de aquí a la última fecha.

 

Así que no es imposible, este Clausura 2014 pinta para ser exclusiva de los máximos ganadores; la crema y nata de campeones del futbol mexicano; un balompié, irregular o competitivo, dónde cualquiera le puede ganar a cualquiera, pero que la Liga MX, y sus protagonistas, suelen exaltarlo.