Los psiquiatras han encontrado un vínculo entre las autofotos o selfies y los trastornos derivados de desórdenes de narcisismo, la autoindulgencia o la dependencia en la búsqueda de la atención social serían elementos que incluirían en la cada vez más común costumbre de compartir este tipo de imágenes, aunque sólo sería preocupante en casos compulsivos.

 

Pero desde la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), encargada de elaborar el célebre Manual Estadístico Diagnóstico conocido como DSM-5 que recoge los comportamientos humanos que dedican de desórdenes mentales, se ha llamado la atención sobre el momento en el que hacerse fotos a sí mismo y compartirlas pasa a convertirse en algo obsesivo compulsivo, con una irrefrenable necesidad de saturar las diversas redes sociales con estas autofotos.