PHOENIX. Bajo los lemas “Ni uno más” y “Dos millones son demasiados”, cientos de inmigrantes, estudiantes y jornaleros, salieron a las calles de las principales ciudades del país para pedir al presidente, Barack Obama, que ponga fin a las deportaciones. Los organizadores de más de 50 manifestaciones planeadas en el “Día de Acción” dicen que Obama tiene la autoridad ejecutiva para detener las deportaciones que dividen las familias de inmigrantes que viven en el país sin autorización.

 

En Washington, más de un centenar de personas llegaron hasta la Casa Blanca en el transcurso de una marcha organizada por la Red Nacional de Jornaleros de Estados Unidos, cuyos voceros señalaron que Obama no actúa por cuestiones políticas antes que por impedimentos legales.

 

“Yo voté por él en 2008 y decía que quería venir a Washington para cambiar la política. Ahora venimos para ayudarle a eso, a cambiar la política”, señaló ante los asistentes Marisa Franco, integrante de la organización y directora de la campaña “Ni uno más”, quien pidió al mandatario que “utilice su autoridad para parar las deportaciones”.

 

En Eloy, Arizona, numerosas personas se reunieron frente a un centro federal de detención después de viajar unos 100 kilómetros (60 millas) desde Phoenix.

 

Natally Cruz, organizadora del grupo Puente Arizona, dijo que muchos de los que asistieron tienen familiares detenidos en ese centro durante más de un año.

 

“Queremos que el presidente Obama y su gobierno escuchen a los miembros de nuestra comunidad en todo el país para que entiendan que no queremos una persona más separada”, agregó Cruz, quien ingresó a Estados Unidos sin documentos con sus padres cuando tenía 8 años. “Cada noche una familia va a la cama extrañando a alguno de los suyos”.

 

Muchos marcharon con carteles que decían “Ni una deportación más” y exigiendo la interrupción de las deportaciones. El grupo incluyó una mujer cuyo hijo ha estado en el Centro de Detención Eloy durante casi tres años y a una mujer que fue arrestada en su centro de trabajo y detenida durante dos meses, dijo el grupo.

 

La policía de Eloy tenía unos cinco agentes observando la manifestación. El sargento Brian Jerome dijo que la protesta era relativamente pacífica y no había arrestos.

 

Amber Cargile, vocero de la policía de Inmigración y Aduanas (ICE) en Phoenix, dijo que la entidad respeta el derecho de la gente a manifestarse frente a sus instalaciones.

 

“Mientras continuamos trabajando con el Congreso para promulgar una reforma de inmigración con sentido común, el ICE sigue comprometido a aplicar las leyes de una manera razonable y efectiva que se centra en los delincuentes convictos y los que son detenidos en la frontera tratando de ingresar ilegalmente a Estados Unidos”, señaló Cargile.

 

Más de 50 personas, incluidas familias con niños, permanecieron de pie frente a una oficina federal de inmigración en Nueva York. Entre ellos estaba Humayun Chowdhury, un chofer de 47 años quien dijo que su familia sufrió inmensamente cuando las autoridades lo detuvieron 14 meses.

 

“Salí a reunirme con mi familia porque mi comunidad ayudó”, comentó Chowdhury, quien es de Bangladesh.

 

Chowdhury tiene ahora un permiso para trabajar en Estados Unidos y espera obtener la residencia en el futuro. Su hijo de 14 años, Maheen, dijo que tenía 11 años cuando las autoridades de inmigración se presentaron para arrestar a su padre a las 5 a.m. Según Maheen, la separación ocasionó un colapso emocional en toda la familia.

 

“Todo era un desastre. Teníamos problemas para comer. Mi mamá siempre estaba llorando. Tuvimos que vender nuestro auto “, agregó Maheen Chowdhury, quien nació en Estados Unidos.

 

Los Chowdhury dijeron que no quieren que otros sufran el mismo dolor y que debe haber una manera para que los inmigrantes sin antecedentes delictivos permanezcan en el país.

 

En Hartford, Connecticut, decenas de inmigrantes de 11 ciudades del estado se reunieron frente a un edificio federal. Muchos dijeron que emprendieron la acción enojados por el rechazo de los legisladores republicanos a trabajar sobre la reforma de inmigración. Entre estos manifestantes estaba Jasmine Mendoza, de Norwalk, Connecticut, cuyo esposo fue deportado después de una detención de tráfico. Mendoza dijo que está criando sola al hijo de 8 meses de ambos.

 

Se planearon protestas en California un día después que fueron arrestados 23 manifestantes en San Francisco por bloquear en tráfico en una intersección principal.

 

En ese mismo estado, una investigación de la agencia de noticias Associated Press, descubrió que autoridades de California están entregando muchos menos inmigrantes a las autoridades federales para su deportación desde que entró en vigor en enero la ley conocida como Trust Act (Ley de la Confianza) de California permite a las autoridades estatales liberar más pronto a aquellas personas que no tienen antecedentes penales graves en lugar de mantenerlos retenidos para entregarlos posteriormente a las agencias federales de inmigración.

 

Hasta ahora, California es responsable de una tercera parte de las deportaciones bajo el programa Comunidades Seguras de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés), el cual revisa las huellas dactilares de arrestados por potenciales violaciones a la ley de inmigración.

 

Bajo la Trust Act, inmigrantes que enfrentan juicio por un delito grave o con antecedentes de delitos graves pueden ser retenidos por cuestiones de inmigración, pero quienes han sido acusados de delitos menores sol liberados bajo fianza o cumplen con su sentencia, como ocurre con los estadunidenses. La ley especifica qué delitos son considerados graves.

 

En marzo, Obama solicitó al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que revisara las normas para aplicar las leyes de inmigración con más justeza.

 

Durante el gobierno de Obama han sido deportados casi dos millones de personas.

 

The New York Times ataca a Obama

 

El periódico The New York Times criticó la política en materia de Inmigración del presidente estadunidense, Barack Obama, y llamó a la Casa Blanca a poner fin a las deportaciones masivas de indocumentados.

 

El periódico abordó el asunto en un editorial, después de que el sábado cientos de inmigrantes salieran a las calles del país para pedir que no haya más deportaciones mientras no se llegue a un acuerdo entre demócratas y republicanos para aprobar una reforma migratoria.

 

Para The New York Times, resulta “frustrante” ver cómo las “promesas” de Obama en materia de inmigración continúan sin hacerse realidad, mientras el presidente se limita a expresar su “impotencia” o a “culpar a otros”.

 

Según el diario, si Obama realmente quiere un nuevo sistema de inmigración, “tendrá que hacer algo al respecto, pronto y en solitario”.

 

El periódico neoyorquino critica con dureza la política de expulsiones que mantiene la actual Administración mientras se negocia la reforma legislativa, bloqueada por los conservadores de la Cámara de Representantes.

 

Para The New York Times, “Obama ha agravado este fracaso aferrándose a una estrategia despiadada de endurecimiento de la aplicación (de las normas) a la misma gente que ha prometido ayudar con la legislación que no ha conseguido sacar adelante”.

 

En este sentido, recuerda que con casi dos millones de expulsiones en los últimos cinco años, “la Administración Obama está deportando personas a un ritmo más alto que lo ocurrido con ningún otro presidente”.

 

Según el periódico, aún si buscaba acercar posturas con los republicanos, esta política solo ha logrado “aumentar el miedo, la ruptura de familias y la falta de oportunidades a la que se enfrentan 11 millones de personas que no puede cumplir la ley”.

 

El diario insta al Gobierno a proteger los derechos de los inmigrantes, a detener la “maquinaria de deportaciones cuando se abusa de ella” y a centrar sus esfuerzos en combatir a las mafias y bandas que suponen una “verdadera amenaza”.

 

El periódico acusa además a Obama de aparecer a menudo como un simple “espectador del bloqueo” en la reforma migratoria, limitándose a “ver girar la rueda, dar discursos y confiar en lo mejor”.

 

“Es difícil saber cuándo se moverá finalmente para hacer algo grande y relevante”, concluye el editorial. (EFE)