Acción Nacional ha tensado las negociaciones en exceso.

 

Está en su derecho de buscar la presidencia del Instituto Nacional Electoral, arrancado al gobierno para justificarse con sus disidentes internos y continuar en el Pacto por México.

 

Pero hoy no tiene mayoría.

 

Aunque Jesús Zambrano y Los Chuchos fueron sus aliados en 2013, hoy los negociadores perredistas parecen entenderse mejor con los priistas.

 

Cierto, es un seductor el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, pero Gustavo Madero y su gente se muestran intransigentes.

 

Quiere un INE integrado por consejeros afines al panismo, pero la lista de los 11 grupos de cinco -55 candidatos en total, incluido el presidente- no le garantiza el control del nuevo organismo.

 

Darle gusto a Madero y al PAN significaría reponer el procedimiento, y como dijimos aquí la semana pasada, sería la peor señal porque anularía todos los acuerdos y pasos dados.

 

A ello se oponen priistas y perredistas.

 

Este sí es un mal escenario para Madero y el PAN

 

EL PRD SE ENTIENDE MEJOR CON EL PRI

 

Un hecho de la semana pasada radicalizó a los maderistas.

 

Se opusieron al seguro contra el desempleo y a la pensión universal, pero su abstención resultó intrascendente porque el priista Emilio Gamboa obtuvo los votos necesarios en el Senado.

 

El mensaje, anotamos aquí el viernes, era sencillo: los votos de Acción Nacional no son necesarios para sacar las reformas más caras al gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Como ensayo estuvo perfecto y no sería remoto si Manlio Fabio Beltrones y Silvano Aureoles, más sus adláteres, exploran esta vía para integrar al nuevo instituto electoral.

 

Con un agravante para enojo de Gustavo Madero y sus legisladores: la presidencia del INE recaerá en uno de los priistas propuestos y no habrá reposición en ninguno de los 11 grupos.

 

Aquí se fortalecen las posibilidades de Marco Antonio Baños, dada la mala imagen causada por Lorenzo Córdova al acudir a Los Pinos en busca de apoyo para ser presidente consejero.

 

De llegarse a la decisión de marginar al panismo -o tal vez la automarginación del PAN-, Beltrones y Aureoles estarían en libertad de ocupar más plazas, con lo cual perderían los panistas.

 

Tal vez este riesgo haga recapacitar a Madero y su equipo.

 

LA SIMPATÍA POR MADERO, PESE A TODO

 

1.- Pese a la resistencia del panismo, el gobierno no ha retirado su simpatía por la reelección de Gustavo Madero porque lo prefiere a Ernesto Cordero.

 

El problema está en la actitud de Madero.

 

Las actuales negociaciones para la integración del INE han resucitado la amenaza de arrancar plazas para el PAN o terminar su alianza con el PRI para aprobar las leyes complementarias.

 

Esto puede revivir una vieja práctica: en las administraciones pasadas, cuando los priistas no querían apoyar las reformas de Vicente Fox y Felipe Calderón, sólo le daban los votos necesarios.

 

Esta vez esos sufragios vendrían de perredistas.

 

2.- Al parecer las acciones contra la violencia en los estadios no serán de coyuntura.

 

El coordinador priista en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, se ha puesto al frente de la reforma en materia de cultura física y deporte para regular los actos en eventos deportivos.

 

El objetivo es múltiple: proteger a los jugadores, no poner en riesgo a los aficionados y propiciar el regreso de las familias a esos espectáculos.

 

La iniciativa fue presentada en septiembre pasado por el PRI.

 

Y 3.- Como en Michoacán, la intervención federal en el estado de México llegó para quedarse.

 

Permanecerá todo el sexenio, dijo el secretario Miguel Ángel Osorio Chong ante el gobernador Eruviel Ávila, para agregar efectividad a la coordinación, el predominio de inteligencia y la articulación de capacidades entre los tres niveles de gobierno.