KIEV. Tras varios días de ofensiva militar de las fuerzas rusas y crimeas, Ucrania perdió casi toda su flota de guerra emplazada en Crimea en una tragedia histórica para la Armada de este país, que en un intento desesperado de conservar sus últimos navíos ordenó resistir hasta el final al gran buque de desembarco “Konstantín Olshanski”, hostigado por las tropas rusas.

 

“En Crimea se han tomado navíos. A pesar de que se dio orden a sus comandantes de que usaran las armas, no las usaron para evitar el derramamiento de sangre”, reconoció el ministro de Defensa ucraniano, Ígor Teniuj.

 

El “Olshanski” y el dragaminas “Cherkassi” eran los últimos barcos de guerra ucranianos en hacer caso omiso a las órdenes de rendición de militares rusos en las aguas del lago Donuzlav, del que no pueden salir a mar abierto después de que los rusos hundieran dos embarcaciones ucranianas para cerrar esta vía de escape.

 

El buque de desembarco se puso en alerta de combate después de que se le acercaran lanchas rusas con marines a bordo.

 

“‘Olshanski’ tiene todo su armamento en regla y los marineros tienen en mano armas de tiro”, subrayó Teniuj después de que algunos medios denunciaran que la tripulación del barco no tenía armas para defenderse del ataque.

 

Otros dos navíos de guerra que seguían bajo bandera ucraniana en este lago crimeo, el “Kirovograd” y el Chernígov”, obedecieron órdenes de las fuerzas rusas y atracaron en el litoral, según varios medios ucranianos.

 

El Ministerio de Defensa ruso informaba que, en 189 unidades militares e instituciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania entre ellos 54 de los 67 navíos de la Armada en Crimea habían arriado la bandera ucraniana para pasar a las órdenes de las fuerzas navales rusas.

 

Poco después, Ucrania perdió nada menos que su buque insignia, el “Slavútich”, y su único submarino, el “Zaporozhiye”.

 

“La tragedia de nuestra flota en Crimea tendrá que ser investiga. Cada segundo, cada milímetro, por todas las verticales y horizontales. (…) El pueblo lo exigirá con determinación”, declaró el ex primer ministro ucraniano Yevgueni Marchuk.

 

Ucrania parece resignada a perder sus últimas posesiones en Crimea, entre ellas valiosos navíos y aviones, sin ofrecer resistencia y sin prestar apoyo a los no pocos soldados leales que le quedan en la península.

 

Soldados de Moscú y fuerzas militares crimeas, denominadas como autodefensas de Crimea, tomaron el control del Centro de Operaciones Psicológicas y de Información de la Armada ucraniana en Simferópol, capital de la república incorporada esta semana a Rusia.

 

Previamente, los militares rusos dieron dos últimos ultimátum al Centro para luego bloquear el acceso al recinto con un vehículo militar.

 

Tras asaltar y tomar el control de la base aérea de Belbek, las fuerzas prorrusas de Crimea arrestaron al comandante de ese aeropuerto militar, el coronel Yuli Mamchur, uno de los primeros en exigir al Ministerio de Defensa de Ucrania que decidiera el futuro de los militares ucranianos emplazados en Crimea.

 

Medios ucranianos informaron de la detención de al menos otros dos oficiales en Crimea, entre ellos el comandante adjunto de la Armada de Ucrania para la Defensa del Litoral, el general Ígor Voronchenko.

 

El avance ininterrumpido de Moscú sobre la península del Mar Negro demostró que Kiev no puede enfrentar a la potencia vecina sola.

 

Por eso la atención del nuevo gobierno ucraniano, surgido tras la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich, estará puesta hoy en La Haya, donde los líderes de las potencias occidentales se reunirán para decidir una respuesta conjunta al avance ruso sobre Crimea.

 

Convocados por el presidente estadunidense, Barack Obama, al margen de una cumbre sobre seguridad nuclear, los líderes del G7 (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá, Estados Unidos y Japón) y de la Unión Europea (UE) intentarán consensuar sanciones que aislen y debiliten al Kremlin.

 

El primer ministro británico, David Cameron, adelantó esta semana que discutirán la eventual expulsión de Rusia del G8.

 

Tanto Estados Unidos como la UE impusieron sanciones económicas y diplomáticas contra decenas de funcionarios rusos, ucranianos y crimeos, pero hasta el momento estas medidas sólo provocaron comentarios irónicos entre los afectados.

 

En tanto, la anexión rusa avanza de manera vertiginosa.

 

Moscú ya repartió pasaportes entre los crimeos que lo demandaron, las banderas de la potencia ya flamean en los edificios gubernamentales y mañana lunes entrará en vigencia el rublo, la moneda rusa.

 

“Ingenuidad” de Obama alimentó crisis ucraniana: Romney

 

El ex candidato presidencial republicano Mitt Romney criticó que la “ingenuidad” del presidente Barack Obama respecto a Rusia ha sido uno de los motivos de la actual crisis de Ucrania.

 

“No hay duda de que la ingenuidad del presidente en lo referente a Rusia, y su fallido juicio sobre las intenciones y objetivos de Rusia, han llevado a una serie de desafíos políticos exteriores que encaramos”, afirmó Romney en el programa “Face the Nation” de la CBS.

 

El ex candidato presidencial republicano en 2012 señaló que “los líderes efectivos típicamente son capaces de ver el futuro hasta un cierto grado, y entonces intentan tomar acciones para moldearlo de algún modo”.

 

“Y eso es por supuesto en lo que ha fallado este presidente”, subrayó.

 

Durante la campaña electoral de 2012, el candidato republicano calificó a Rusia como “enemigo número uno” de EU, comentario que fue recibido entonces con escepticismo.

 

Romney, ex gobernador de Massachusetts, se suma así a un buen número de congresistas republicanos que han lamentado la debilidad mostrada por Obama con el presidente ruso, Vladimir Putin, como una de las causas de la escalada de las tensiones entre Washington y Moscú.

 

Obama participará hoy en una reunión del G7 y una cumbre nuclear, en la que tratará de aumentar la presión internacional sobre Rusia.