LA HAYA. Las elecciones municipales celebradas en Holanda han puesto en alerta a los partidos de la coalición gobernante de centro izquierda, que han perdido apoyo en sus ayuntamientos más fuertes, mientras se consolida el líder xenófobo y antimusulmán Geert Wilders (PVV).

 

La coalición de gobierno está formada por liberales (VVD) y laboristas (PvdA).

 

Wilders, que en la campaña optó por atacar a la comunidad de los marroquíes en Holanda, solo se presentó en dos ayuntamientos.

 

Su formación radical ganó en uno de ellos, Almere -una ciudad dormitorio de Amsterdam- y quedó en segunda posición y a muy poca diferencia de los liberales de izquierda, los grandes vencedores de estos comicios, en La Haya.

 

Según un reciente sondeo de la televisión holandesa NOS, si ahora el país tuviera unas elecciones generales, Wilders conseguiría 25 escaños en el Parlamento, diez más de los que tiene actualmente.

 

El tono agresivo del político contra los marroquíes afincados en Holanda ha hecho que una de las asociaciones que agrupa a este colectivo haya empezado a preparar una denuncia en su contra.

 

Wilders celebró su victoria en ese ayuntamiento a gritos de “menos marroquíes”, mientras sus seguidores le coreaban gritando: “menos, menos”.

 

No es la primera denuncia contra Wilderes, ya que un ciudadano de La Haya presentó una queja oficial durante la campaña, aunque a título personal.

 

En las redes sociales, las palabras de Wilders han hecho que se le compare con Adolf Hitler y el líder socialista Emile Roemer le ha criticado por “sembrar el odio”.

 

Trasladando los resultados a la política nacional estos comicios han sido sobre todo desastrosos para los laboristas, que perdieron su ayuntamiento más emblemático, Amsterdam, que ha contado con un gobierno liderado por el PvdA desde 1946.

 

En Ámsterdam los vencedores de los comicios han sido los liberales de izquierda (D66).

 

Las consecuencias no se han hecho esperar y el cabeza de lista laborista en la capital holandesa, Pieter Hilhorst, anunció su retirada de la política local, lo que es interpretado por los analistas como la cara más visible de la decepción de ese partido gobernante. EFE