WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, afirmó que el referendo en Crimea fue “una clara violación” de la ley ucraniana y, por tanto, “no será reconocido”, y agregó que su país está “listo” para imponer más sanciones a Rusia si Moscú no rectifica en su posición sobre la crisis ucraniana.

 

“Si Rusia continúa interfiriendo en Ucrania, estamos dispuestos a imponer más sanciones”, advirtió Obama en una comparecencia en la sala de prensa de la Casa Blanca.

 

La advertencia se produjo poco después de que el presidente estadunidense emitiera una orden ejecutiva con sanciones contra siete altos funcionarios del Gobierno de Moscú y cuatro individuos ucranianos, entre ellos el depuesto presidente Víktor Yanukóvich.

 

Según analistas, se trata de las sanciones más significativas impuestas por EU a Rusia desde la Guerra Fría.

 

El referendo celebrado este domingo en la república autónoma ucraniana de Crimea sobre su reincorporación a Rusia fue “una clara violación” de la Constitución de Ucrania y del derecho internacional y, por tanto, “no será reconocido por la comunidad internacional”, reiteró Obama.

 

“Vamos a seguir dejando claro a Rusia que más provocaciones no lograrán nada, excepto aislar aún más” a Moscú, subrayó el mandatario estadunidense.

 

La intervención militar rusa en Ucrania “solo profundizará el aislamiento diplomático” de Moscú y provocará “una mayor mella” en su economía, insistió.

 

“De cara al futuro, vamos a calibrar nuestra respuesta en función de si Rusia decide escalar o no la situación”, señaló Obama.

 

El presidente volvió a mostrarse confiado en lograr una solución diplomática al conflicto de una forma que beneficie a los “intereses” tanto de Rusia como de Ucrania, pero afirmó que para ello es necesario que Moscú se retire de Crimea, acepte el despliegue de observadores internacionales y entable un diálogo con el nuevo Gobierno de Kiev.

 

“Vamos a mantenernos firmes en nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania”, prometió Obama.

 

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declaró “profundamente decepcionado” por el referéndum llevado a cabo en Crimea y mostró su preocupación por su impacto en la crisis ucraniana.

 

Ban, a través de su vocero Stephan Dujarric, llamó a todas las partes “a trabajar en una solución guiada por los principios de la Carta de Naciones Unidas, incluidos el respeto a la unidad y soberanía de Ucrania”.

 

El 96.77% de los crimeos que participaron en el referéndum del domingo votaron a favor de la reunificación con Rusia.

 

En su primera reacción al voto, Ban señaló que está “profundamente decepcionado y preocupado de que el referéndum de Crimea sólo agrave la situación” en Ucrania, que tachó de anticonstitucional la consulta.

 

Preguntado en una conferencia de prensa, el vocero no quiso señalar si el secretario general considera la consulta legal o ilegal y aseguró que su prioridad es lograr una solución diplomática al conflicto.

 

En este sentido, Ban llamó “a todas las partes en Ucrania y aquellos con influencia a evitar cualquier paso que pueda aumentar más las tensiones” y pidió un “diálogo nacional” para resolver la crisis.

 

“Un deterioro de la situación tendría serias consecuencias para la población de Ucrania, de la región y más allá”, añadió.

 

Ban condenó además los episodios de violencia registrados durante el fin de semana en la parte oriental de Ucrania y volvió a urgir a todas las partes a evitar los choques y a comprometerse a reducir la tensión.

 

Gorbachov sí aproba el referéndum

 

MOSCÚ. El último presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, apoyó el referéndum celebrado en Crimea, donde la mayoría aplastante de la población se manifestó a favor de la unión con Rusia, porque, en su opinión, corrigió un error histórico.

 

“Si antes Crimea fue incorporada a Ucrania conforme a las leyes soviéticas, es decir, según las leyes del Partido (Comunista de la URSS), sin preguntar a la gente, esta vez el pueblo corrigió aquel error”, dijo Gorbachov a la agencia Interfax.

 

Agregó que “eso hay que saludarlo y no introducir sanciones”, en referencia a las presiones que los países de Occidente pretenden ejercer sobre Moscú y al no reconocimiento de la legitimidad de la consulta popular en la rebelde república autónoma ucraniana.

 

La estratégica península bañada por el Mar Negro fue cedida a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschev, cuando tanto Rusia como Ucrania formaban parte de la URSS.

 

“Para imponer sanciones debe haber fundamentos serios, muy serios. Y estas deben ser respaldadas por la ONU”, aseveró.

 

Para el padre de la “perestroika”, “la voluntad del pueblo de Crimea y su incorporación en el seno de la Federación Rusa como entidad no es ese fundamento”.