En Euskera, la lengua que se habla en el País Vasco (Euskal Herria) no existe el género gramatical; esto quiere decir que no hay diferencias entre femenino y masculino, de ahí que algunas novelas y comedias de enredo del castellano no tengan un buen referente cuando se las traduce a este idioma.

 

Es interesante imaginar lo que podríamos lograr como especie humana si en todos los ámbitos que nos son propios: política, economía, sociedad, cultura, etcétera, no tuviéramos que competir y marcar delirantemente nuestras diferencias sino que asumiéramos sin distingos que tanto hombre como mujeres somos capaces de aspirar al desarrollo amplio de nuestras facultades.

 

Quizá sería necesario que los actos fundamentales de la cultura hubieran tenido otro tipo de referentes distintos al patriarcal; no por nada, en los más ancestrales inicios de todas las culturas, creían que sus hembras eran diosas, pues eran las únicas capaces de generar, prácticamente de la nada, nueva vida.

 

La historia resulta prolija en sus pasajes a la hora de referirse a la desigualdad que marcó el patriarcado en todas las formas sociales habidas a lo largo del tránsito de los seres humanos sobre este planeta. En 1884, Federico Engels enfatizaba esta desigualdad de oportunidades frente al mundo como la primera división social del trabajo.

 

En nuestros son múltiples los esfuerzos que se hacen para identificar y combatir toda forma de discriminación o desigualdad; la que tiene que ver con la incorporación de las mujeres al estudio de la ciencia y al desarrollo de la tecnología todavía es un asunto pendiente en buena parte de nuestro planeta.

 

En estos días que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, como eco de la lucha de las sufragistas estadounidenses que a principios del siglo pasado daban la pelea por el derecho al voto universal, y que poco más tarde recogerían luchadoras sociales comunistas como Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo en Alemania. En México, como se sabe no fue sino hasta 1954 cuando bajo el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines se reconoció este derecho a las mujeres, quienes hasta ese entonces sólo podían votar para elegir diputados.

 

En el marco de estas conmemoraciones, ayer tuvo lugar un acento muy interesante en lo que respecta al papel que ha jugado la presencia femenina en la ciencia, la tecnología y la innovación. Las instalaciones del auditorio Ricardo Flores Magón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, sirvió de escenario para que investigadoras como Gabriela Dutrénit, Coordinadora General del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT), Norma Blázquez, Adriana Ortiz, Margarita Velázquez, Delia Vallejo y con la conducción de Elena Janetti, investigadora emérita de la Máxima Casa de Estudios, expusieran un amplio panorama y un profundo diagnóstico de la situación que enfrentan las mujeres que deciden estudiar e investigar en alguna disciplina de las ciencias, exactas o sociales, o de las humanidades o las ingenierías.

 

Las 10 recomendaciones, producto de las conclusiones del foro de discusión Una mirada a la CTI con perspectiva de género, organizado en diciembre pasado por el Foro Consultivo, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la Universidad del Claustro de Sor Juana, en las instalaciones de esta última, y donde participaron casi de 350 miembros de la comunidad, merece una revisión pues en ellas descansan las prioridades que habría qué atender en cuanto a perspectiva de género (PEG):

 

1. Revisar los reglamentos institucionales a fin de que incluyan lasmodificaciones que por ley se establecen en cuanto a igualdad y políticas de equidad de género.

 

2. Promover la presencia de mujeres en cargos de toma de decisión y se procure que en las comisiones evaluadoras, congresos, paneles y demás eventos académicos o institucionales exista representatividad de ambos sexos.

 

3. Consolidar la PEG como campo de conocimiento inter y transdisciplinario en todas las instituciones del sector, en particular en los programas del CONACyT.

 

4. Revisar los planes de estudio para que la bibliografía, programas y métodos de enseñanza recojan las contribuciones de las mujeres así como los resultados de las investigaciones sobre el género.

 

5. Propiciar que empresas privadas e instituciones públicas establezcan un compromiso con las iniciativas de certificación en equidad de género, en concreto con el Modelo de Gestión 2012-2018 (MEG 2012).

 

6. Solicitar a las cámaras de diputados y senadores armonizar los reglamentos y legislación del sector de CTI de manera que se logre alinear las nociones de igualdad y equidad dentro de las diversas leyes.

 

7. Instrumentar un observatorio ciudadano para monitorear los avances en la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

 

8. Promover el uso de imágenes asertivas e igualitarias de la mujer y del hombre en mensajes de difusión para modificar los estereotipos de género de manera que disminuyan las brechas y se elimine la segregación por áreas de estudio.

 

9. Fortalecer los mecanismos de evaluación con una perspectiva de género.

 

10. Y que todos los datos institucionales, así como producción de estadísticas, tomen en cuenta la desagregación por sexo, lo cual permitirá diseñar y monitorear la política nacional de igualdad de género.