El entrenador de la selección mexicana, Miguel Herrera, ya está sintiendo qué es entrenar a la selección nacional, donde las críticas y la presión hacen que el trabajo de entrenador del América sea como ir al jardín de niños.

 

Llegando a Atlanta, donde el equipo tricolor jugará ante Nigeria, dijo que los entrenadores del Santos y del Atlas, Pedro Caixinha y Tomás Boy lo critican porque le tienen envidia.

 

“Entiendo que es una silla muy criticada, unos tienen envidia porque estoy aquí y ellos no estuvieron (refiriéndose a Boy). De lo otro, a lo mejor no hubo buena comunicación porque (Caixinha) hablaba de una sobrecarga de Oribe”, dijo Herrera.

 

Caixina se quejó porque según él Oribe Peralta estaba muy cansado y por haber ido a la selección la semana pasada no lo pondría a jugar esa fecha. Pero Herrera respondió que Oribe estuvo filmando anuncios comerciales para los dueños del Santos Laguna.

 

Boy, quien siempre se queja de todo con tal de que recibir todos los reflectores y aislar a su equipo de la presión, se quejó porque le llamaron del Atlas a Enrique Pérez.

 

No es común que un entrenador nacional se meta en dimes y diretes con otros entrenadores. Pero nada es común en Miguel Herrera, quien llegó de rebote al equipo e insiste en formar un equipo con base en el América que dirigió y que ganó un título con más suerte que futbol.

 

Pero así es de atrabancado Miguel Herrera, que habla ahora que es técnico, o golpeaba cuando jugador, antes de pensar. Y quizá Caixinha no lo sepa, pero Boy bien que sabe que así se ha trabajado por muchos años en el Tri, con concentraciones de lunes a miércoles, aun cuando no haya partidos.

 

La selección fue recibida en Atlanta por unos 100 aficionados que estaban felices por tener ahí al equipo. No tanto los de migración de Estados Unidos, que detuvieron a Juan José Vázquez y a quien dejaron salir una vez que estuvieron seguros de que no iba a ir a pizca de algodón. El pobre Gallito pudo pasar la línea cuando sus compañeros ya iban rumbo al hotel.