Manifestantes arrojaron bombas incendiarias y acometieron a la policía el jueves en la capital ucraniana, a lo que francotiradores del gobierno respondieron a balazos y mataron a por lo menos 70 personas, además de herir a cientos más, de acuerdo con un médico que atiende a los inconformes.

 

Un video de la televisión ucraniana mostró el jueves escenas estremecedoras de manifestantes abatidos por los disparos y que después quedaban tendidos en el pavimento, mientras sus camaradas corrían a ayudarles. Con escudos para intentar protegerse, grupos de manifestantes retiraban cadáveres en láminas de plástico o planchas de madera.

 

Ucrania_Enfrentamiantos_EFE_2

 

“El precio de la libertad es demasiado alto, pero los ucranianos están pagándolo”, dijo Víktor Danilyuk, un manifestante de 30 años. “No tenemos opción; el gobierno no nos está escuchando”.

 

Se vio también a opositores que escoltaban a policías con las manos en alto en el campamento de protesta en el centro de Kiev. El Ministerio del Interior dijo que 67 policías fueron capturados. Un legislador de la oposición dijo que eran retenidos en el ayuntamiento de Kiev, el cual estaba ocupado.

 

El presidente Víktor Yanukovich y los manifestantes de oposición que exigen su renuncia están enfrascados en una batalla épica por la identidad de Ucrania, una nación de 46 millones de habitantes dividida en su lealtad entre Rusia y Occidente. Parte del país —en especial en las ciudades occidentales— se ha rebelado abiertamente contra el gobierno central, mientras que muchos en el este favorecen lazos firmes con Rusia, su exgobernante soviético.

 

 

Los manifestantes de diversas partes del país también están indignados por la corrupción, la falta de derechos democráticos y la deprimida economía de Ucrania, que apenas evitó la bancarrota gracias a un préstamo de 15.000 millones de dólares de Rusia.

 

Por lo menos 101 personas han muerto esta semana en los choques en Kiev, de acuerdo con manifestantes y autoridades de Ucrania, en contraste con los tres meses anteriores, cuando la crisis se desenvolvió de manera relativamente pacífica. Ahora ninguna de las partes parece tener el control de las calles ni estar dispuesta a ceder.

 

 

La oposición insiste en la renuncia de Yanukovich y en que se convoque a elecciones anticipadas, mientras que el presidente al parecer está dispuesto a luchar hasta el fin.

 

El jueves ha sido el día más cruento hasta ahora en el campamento de la Plaza de la Independencia de Kiev, la llamada Maidan. Se pudo ver a tiradores que disparaban contra los manifestantes, y un video mostró que por lo menos uno de aquellos vestía uniforme de la policía antimotines.

 

Una de las heridas, la voluntaria médica Olesia Zhukovskaya, envió un mensaje por Twitter —”me estoy muriendo”— tras recibir un disparo en el cuello. El doctor Oleh Musiy, el coordinador médico del grupo que atiende a los manifestantes heridos, dijo que se encuentra grave tras ser operada.

 

 

Musiy dijo a la AP que por lo menos 70 manifestantes murieron el jueves y que más de 500 resultaron heridos en los enfrentamientos, y que la cifra de fallecimientos podría elevarse aún más.

 

Además, tres policías fueron muertos el jueves y 28 resultaron heridos de bala, dijo a la AP Serhiy Burlakov, portavoz del Ministerio del Interior.

 

No hubo forma de corroborar las cifras de manera independiente. Horas antes, un periodista de la AP contó 21 cadáveres de manifestantes en la plaza central de Kiev.

 

 

En Bruselas, la Unión Europea de 28 naciones decidió el jueves en una sesión de emergencia imponer sanciones a los responsables de la violencia en Ucrania, inclusive una prohibición de viajes y congelación de bienes de algunos funcionarios.

 

En Washington, el presidente estadounidense Barack Obama dijo en una declaración que exhorta a Yanukovich a retirar inmediatamente sus fuerzas del centro de Kiev. Agregó que Ucrania debe respetar el derecho a la protesta y que los manifestantes de oposición deben actuar pacíficamente.

 

En Rusia, el Kremlin emitió un comunicado en el que el presidente Vladimir Putin culpa a los manifestantes radicales y expresa una “extrema preocupación por la escalada en la confrontación armada en Ucrania”.

 

 

Aunque las primeras semanas de las protestas fueron pacíficas, los elementos radicales se han vuelto más influyentes debido a la impaciencia por la falta de progreso. En los enfrentamientos del jueves, manifestantes equipados con cascos, bates y demás armas improvisados recuperaron algo del territorio que la policía había capturado los días previos en las orillas de la Maidan.

 

Uno de sus comandantes, Oleh Mykniuk, dijo que los manifestantes lanzaron bombas incendiarias contra la policía antimotines. Al salir el sol, los policías retrocedieron, los manifestantes los siguieron y la policía les empezó a disparar, afirmó.

 

El Ministerio del Interior advirtió a los residentes de Kiev que se mantuvieran dentro de sus casas el jueves debido al “tono agresivo y armado del pueblo”.

 

 

Yanukovich afirmó el jueves que la policía no estaba armada y que “se están tomando todas las medidas para poner fin al derramamiento de sangre y el enfrentamiento”. El Ministerio del Interior dijo más tarde que se entregarían armas a los policías como parte de una operación “antiterrorista”.