Lenta mutación hacia la gloria perdida. José Luis Real es el encargado la misión no ha comenzado mal, no sobre todo desde el punto de vista de lo que Guadalajara fue el último año: un desastre. Apenas 12 puntos en 17 fechas que lo dejaron en el lugar 16 del torneo de Apertura 2013. Un abismo si se compara con lo que el rebaño ha hecho en el Clausura 2014, los mismos 12 puntos, pero en siete juegos que lo tiene en el cuarto lugar de la tabla general, codo a codo con los punteros de la Liga, algo que no sucedía, prácticamente desde la anterior etapa de José Luis Real en el timón.

 

No es un cambio radical. El Güero no tiene un equipo para hacerlo espectacular, goleador, que domine cuanto rival se le pare enfrente, por el contrario, Chivas juega sobre el filo, con la desconfianza de que en cualquier momento aparezcan los fantasmas del pasado, las derrotas y remontadas en los últimos minutos. Pero Real poco a poco vence y convence.

 

Hoy ya puede con rivales que le provocaban sofocones; vence igual a Querétaro que a Puebla, ya no cae ante los del tamaño del Veracruz, incluso es capaz de aguantar 90 minutos a un completo Santos. Cierto es que aún le duele cuando se mide con uno que otro peso completo. Cruz Azul así lo evidenció. Ahí Chivas aún es vulnerable, lento en transición, frágil en la cintura, inconcluso en el ataque y tembloroso en la zaga.

 

José Luis Real sabe del costo, pero la materia prima no es abundante. No hay mucho talento para la media cancha, Marco Fabián acabó en La Máquina con todo y segundo aire, y Chivas, Chivas se quedó sin armador, por eso Real echa mano de Fierro, un jovencito con vocación de centro de ataque que hoy vive en la derecha del campo como constructor, y cabe decir que el chamaco no lo ha hecho mal. Apenas el fin de semana pasado fue vital con el pase final para el triunfo rojiblanco sobre el Gallo.

 

No es todo el plan del Güero. A falta de cintura, Real recarga a su equipo en sus cuatro atacantes: Fierro, Márquez, Bravo y De Nigris. Cada uno en un rol distinto al de ser nueve clavado. Márquez es casi siempre el sacrificado, incluso saliendo de cambio; De Nigris igual hace de poste, que arranca fuera del lugar al que se siente acostumbrado, y Bravo, a sus 34 años el mochiteco parece renovado, no por nada está a sólo 11 tantos de treparse sobre el ya finado Chava Reyes, para ser el máximo goleador del chiverío.

 

Detrás no hay para mucho, las fuerzas básicas no producen lo de antaño, pero Real no se rinde, ya ante Querétaro, el timonel logró que su equipo terminará el partido con ocho canteranos dentro del campo.

 

La metamorfosis no será sencilla, menos teniendo a Jorge Vergara respingando ante cualquier bache; ya lo sabe Real, de hecho así salió de Chivas en su primera etapa. Pero si Vergara aguanta el temporal y deja trabajar a su estratega, Guadalajara va a caminar. Tiene con qué competir; se probará este fin de semana ante el sublíder Toluca en la Bombonera, una prueba que le permitirá medirse de nuevo con un tanque de la Liga, pero que empezará a responder la pregunta de ¿hasta dónde le alcanzará a Chivas en esta Liga?