MOSCÚ. Una prohibición comercial a la lencería está disgustando a los consumidores de Rusia y países vecinos.

La restricción prohibirá la importación, fabricación o venta de cualquier prenda interior que contenga menos de 6% de algodón en Rusia, Bielorrusia y Kazajistán. Y ya tocó una fibra sensible en sociedades donde La Perla y Victoria’s Secret son paraísos de las prendas íntimas, comparados con la ropa interior de algodón de la era soviética, que casi siempre es tan cómoda y estilizada como unas cortinas.

 

El domingo, 30 mujeres en Kazajistán fueron arrestadas por protestar y ponerse ropa interior en la cabeza mientras gritaban “¡Libertad para las pantaletas!”.

 

La prohibición en esos países fue esbozada en 2010 por la Comisión Económica Euroasiática, la cual regula a las aduanas de la unión, y entrará en vigor el 1 de julio de ese año. Pero las críticas de los consumidores contra la medida ya están alcanzando un estado de agitación extrema.

 

Fotografías que comparan la sensual lencería moderna con las viejas prendas de la era soviética comenzaron a extenderse por Facebook y Twitter el fin de semana, mientras hombres y mujeres por igual se oponen a los cambios propuestos.

 

“La lencería literalmente está siendo arrebatada de los anaqueles”, dijo Alisa Sapardiyeva, administradora de DD-Shop, una tienda de ropa íntima en Moscú. “Si quitan eso otra vez, el comprador va a ser uno de los que sufra más”.

 

De acuerdo con la Unión Rusa de Empresas Textiles, más de cuatro mil millones de dólares en ropa interior se venden anualmente en Rusia, y 80% de los productos vendidos se maquilan en el extranjero.

 

Los analistas calculan que 90% de los productos podrían desaparecer de los anaqueles si entra en vigor la prohibición como se tiene planeado.

 

La Comisión Económica Euroasiática no quiso comentar al respecto el lunes porque dijo que estaba preparando un comunicado que emitirá sobre el tema.

 

Aunque el descontento de los usuarios pudiera obligar a las autoridades de la unión comercial a comprometerse, muchos ven la prohibición como otro ejemplo de las malas políticas económicas que se han vuelto características de muchos países ex soviéticos.

 

Otros opinan que lo que buscan es sumar regulaciones a una burocracia que ya es bizantina en los tres países.

 

“Las chicas podrán seguir usándola (la ropa interior sintética), ya sea que la compren en Rusia o no”, dijo Trifon Gadzhikasimov, de 22 años. El joven de Moscú dijo que la mayoría de sus amigos sale del país constantemente. “Pienso que esta es otra tonta ley que muestra la ineficacia de nuestro gobierno”.