NUEVA YORK. Durante su primer discurso sobre el estado de la ciudad, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció que su Administración ofrecerá este año tarjetas de identidad municipales a inmigrantes indocumentados, a fin de que puedan realizar trámites legales y financieros que les permitan salir de “las sombras”.

 

El alcalde, que tomó posesión de su cargo el 1 de enero pasado, y que entre sus objetivos de campaña están crear una tarjeta de identidad para todos los residentes, incluidos los inmigrantes indocumentados, así como aumentar los impuestos a los más ricos de la ciudad para expandir los programas educativos, destacó que la identificación servirá a las personas para abrir cuentas de bancos, obtener préstamos y acceder a las bibliotecas municipales, entre otros servicios, lo que no se puede hacer ahora sin contar con un documento oficial.

 

En el único fragmento de su discurso ofrecido en español, el alcalde demócrata se dirigió directamente a los indocumentados a quienes aseguró que “la ciudad de Nueva York es el hogar de todos los que vivimos aquí. No dejaremos que ninguno de nuestros residentes viva en las sombras”.

 

El objetivo es que ningún habitante de la ciudad esté sin cuentas bancarias, sin poder alquilar vivienda o tarjetas de biblioteca “simplemente porque carece de identificación”.

 

En los últimos años, otras muchas ciudades y localidades de Estados Unidos aprobaron este tipo de identificación, entre las que destacan Los Ángeles, San Francisco, Oakland (California), Washington y New Haven (Connecticut).

 

En 2007, el entonces concejal demócrata de Nueva York Hiram Monserrate presentó legislación para otorgar carnés de identidad a indocumentados, luego de que en New Haven, la primera ciudad en el país en hacerlo, comenzaran a entregar el documento a los inmigrantes residentes en esa comunidad, pero no fue aprobado.

 

En su discurso en una universidad comunitaria del condado de Queens, De Blasio repasó las medidas tomadas durante el primer mes que lleva en el cargo, como la extensión de la legislación para que los trabajadores puedan tomar días libres pagados por enfermedad sin perder su trabajo.

 

De Blasio también prometió expandir los aumentos de sueldos para las industrias que reciben subsidios del gobierno local, y expresó que buscará autorización del estado para que la ciudad fije su propio salario mínimo.

 

Se comprometió igualmente en evitar la desaparición de clínicas de salud, y en expandir la oferta de clínicas en la ciudad, principalmente en los barrios marginados.

 

El acalde reiteró el compromiso del Ayuntamiento con construir 200 viviendas accesibles, que albergarían a entre 400 mil y 500 mil personas, y recordó que anunció un grupo de expertos para desarrollar un plan y presentarlo para el 1 de mayo.

 

De Blasio destacó también la reforma de los métodos policiales con la práctica de parar y registrar a personas sin sospechas claras, conocida como “stop and frisk”.

 

Pero el alcalde centró especialmente su discurso en mantener su propuesta más complicada y polémica: el ligero aumento de los impuestos a quienes ganan más de 500 mil dólares al año para conseguir que todos los niños de cuatro años puedan ir a educación preescolar y que las escuelas medias tengan programas para después de clase.

 

Ese plan necesita la autorización de la legislatura del estado de Nueva York, donde el gobernador, el también demócrata Andrew Cuomo, ha propuesto que sea con fondos públicos que se financie la educación preescolar universal.

 

En esa línea, recordó que mientras el sector financiero se había recuperado de la recesión, el 46% de los habitantes de la ciudad vivían bajo o cerca de la línea de pobreza.

 

“Nuestra clase media no sólo ha sido comprimida. Esté en riesgo de desaparecer. Esa disparidad, esa crisis de la desigualad, es el mayor riego para nuestra promesa a Nueva York”, aseguró.