El presidente de Rusia, Vladímir Putin, sorprendió a todos. Previo a los Juegos Olímpicos de invierno que se inaugurarán el próximo 7 de febrero en Sochi, ofreció una entrevista a varios medios de comunicación, publicada por RT.com, donde habló de homosexualismo y artistas.

 

Dentro de las principales preguntas, se habló sobre la discriminación a homosexuales en ese país, sobre todo con los escándalos que se han dado al sancionar a artistas internacionales por “promover la homosexualidad”. El presidente escuchó y habló de ello e incluso reconoció a Elton John.

 

En la Unión Soviética, se criminalizó la homosexualidad, dijo, en la Rusia de hoy no existe tal penalización. Todos somos iguales independientemente de la religión, el género, el origen étnico o la orientación sexual. Recientemente hemos aprobado una ley que no solo prohíbe la propaganda homosexual, sino también el abuso infantil, el abuso sexual de los niños. Pero esto no tiene nada que ver con la persecución de las personas por su orientación sexual, comentó el presidente.

 

Los medios, al escuchar, le comentaron que quizá sería importante revisar esa ley y el Presidente aclaró ciertos puntos: ¿Por qué? Lea la ley con atención y vea cómo se llama. ‘Sobre la prohibición de la propaganda pedófila y la homosexualidad’. Una ley sobre la prohibición de la pedofilia, la propaganda de la pedofilia y la homosexualidad. En algunos países en Europa se discute públicamente, justo ahora acabo de hablar de esto en una reunión con voluntarios acerca de que se discute públicamente la posibilidad de legalizar la pedofilia. Lo discuten públicamente en el Parlamento. Que hagan lo que quieran, pero los pueblos de la Federación de Rusia, los rusos tienen su propio código cultural, su propia tradición.

 

Nosotros no nos entrometemos, no metemos las narices en sus vidas y pedimos que, con el mismo respeto, acaten nuestras tradiciones y nuestra cultura.

 

Creo que la ley que aprobamos no ofende a nadie. Por otra parte, las personas homosexuales no se pueden sentir aquí como personas de segunda clase, ya que no se ven discriminadas, ni en la esfera profesional, ni en el desarrollo de su carrera, ni en el reconocimiento por parte de la sociedad, por cierto. Y logran méritos relevantes, como por ejemplo Elton John, un hombre extraordinario y un músico excepcional, al que millones de personas adoran aquí; sinceramente, pese a su orientación, lo que no afecta en ningún caso a la actitud que se tiene hacia él, especialmente hacia un músico tan excepcional. Creo que un enfoque de esta índole, bastante democrático, para la gente gay con medidas para proteger a sus hijos y para proteger el futuro desarrollo de la demografía, es óptimo.

 

Sin embargo, se han realizado denuncias públicas de los artistas por el acoso que, como gobierno, se ha hecho contra ellos. Por ejemplo, como cuando Madonna recibió una demanda por supuestamente haber traumatizado a varios asistentes en el concierto que ofreció en San Petesburgo en 2012, al hablar de manera abierta sobre su apoyo a los derechos de los homosexuales. La corte del distrito de Moskovsky falló en favor de la cantante.

 

También la cantante Lady Gaga fue denunciada por Nadezhda Petrova, una habitante de San Petesburgo, por promover consumo de alcohol y señalar al gobierno ruso como “criminal” por la ley contra la homosexualidad en el concierto que ofreció en 2013. El tribunal dictaminó multar no a la cantante sino al promotor Planeta Plus por violar la cláusula sobre la “protección de los niños contra la información que podría dañar su salud y/o desarrollo”.

 

En el caso de Madonna y Lady Gaga, engañaron al gobierno al haber entrado al país con una visa de “intercambio cultural”, que no permite actuar en conciertos como lo hicieron. Las quejas rusas contra ellas fueron tomadas, sin embargo, en un contexto que originalmente fue de orden migratorio, no moral.