El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realizó el anuncio oficial de la nueva estrategia para resguardo de metadatos que forman parte de los programas de vigilancia que lleva a cabo la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que, asegura, nunca quebrantaron la ley.

 

Fuentes oficiales ya habían adelantado esta mañana que Obama ordenaría “una transición” que pondrá fin a la estructura actual de la llamada sección 215 de la Ley Patriota respecto al resguardo de estos datos, que se espera sea aprobada el 28 de marzo.

 

Reconoció la necesidad de que todos los programas de espionaje se hagan más transparentes, por lo que aprobó la nueva norma presidencial para actividades de inteligencia, es decir, una  guía que vigilará los requisitos de seguridad, relaciones comerciales y de inversión.

 

Se comprometió a que se  revisarán las prioridades de vigilancia anualmente, por lo que pidió al Congreso para formar un panel de activistas que revisen los programa de espionaje y que de este modo Director de Seguridad Nacional pueda realizar los fallos pertinentes en cada periodo de revisión.

 

En la reforma también se dará más libertad a las empresas telefónicas para otorgar la información necesaria sobre los registros de conversaciones a las que el gobierno tiene acceso y reafirmó que sólo se seguirán números que estén vinculados con alguna organización terrorista, es decir, se revisarán únicamente las bases de metadatos si hay un seguimiento judicial.

 

Aseguró que las personas extranjeras tendrán la certeza de que sus datos estarán protegidos, ya que Estados Unidos no vigilará a nadie que no represente una amenaza contra su país; sin embargo,  subrayó que no se disculpará por la vigilancia que se ha realizado a países extranjeros.

 

Justificó que los organismos de inteligencia estadounidenses llevaran a cabo estos programas debido a que el terror del 9/11 obligó que cambiarán las estrategias de inteligencia, por el temor a que bombas pudieran ser construidas en sótanos.