EL CAIRO. Acusado de incitación al asesinato de opositores y de daños a la economía el derrocado presidente Mohamed Mursi y otros 35 dirigentes islamistas, entre ellos líderes de los Hermanos Musulmanes como el guía supremo Mohamed Badie, y varios colaboradores presidenciales, serán enjuiciados por “conspirar con grupos extranjeros para cometer actos terroristas en el país y divulgar secretos de estado a países extranjeros”, un proceso que podría acabar en pena capital. , informó la Fiscalía General de Egipto.

 

Mursi fue derrocado el 3 de julio por el ejército después de que millones de manifestantes pidieran su dimisión por su gestión al frente del país y por haber beneficiado, según ellos, los intereses de los Hermanos Musulmanes.

 

En el comunicado emitido ayer, el Ministerio Público califica el caso de “la mayor conspiración de la historia de Egipto” y les imputa una retahíla de cargos:”financiación de terrorismo, atentado contra la integridad territorial” además de proveer fondos, contrabandear armas y recibir entrenamiento militar y terrorista en la Franja de Gaza por parte del movimiento islamista palestino Hamas y la milicia chií libanesa Hizbulá en el 2005 para lograr los propósitos de la estructura internacional de la Hermandad Musulmana.

 

Una vez formado, el pelotón se uniría a los grupos “yihadistas” que operan en la península del Sinaí en busca del establecimiento del “califato islámico”.

 

Las alegaciones se basan en la fuga de la cárcel en la cual Mursi cumplía condena por conspirar contra el gobierno del expresidente Hosni Mubarak, quien renunció forzado por violentas manifestaciones populares en 2011.

 

Las acusaciones de espionaje contra Mursi emergieron tan pronto fue desalojado del poder en julio pasado, pero no se formalizaron hasta ayer. El proceso se reanudará el próximo 8 de enero.

 

Mursi y la cúpula de la Hermandad tienen varios casos abiertos en los tribunales. El ex presidente, encarcelado en una prisión cercana a Alejandría, inició el pasado 4 de noviembre el primero de sus juicios.

 

Desde su derrocamiento, las autoridades egipcias han lanzado una dura campaña de represión contra Hermanos Musulmanes y aliados, a los que acusan de promover el terrorismo y propagar el caos. Cientos de seguidores del ex presidente han muerto y miles de miembros de la Hermandad  han sido detenidos.