En la actualidad, 15.3 millones de viviendas en el país, lo que significa 53.4% del total, registran alguna deficiencia como condiciones de hacinamiento, deterioro, lejanas a equipamientos urbanos, falta de servicios básicos o sin derechos de propiedad plenamente reconocidos.

 

Un diagnóstico de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) indica que del total tres millones necesitan ser reemplazadas por el estado de deterioro en el que se encuentran y 12.3 millones requieren de algún mejoramiento o ampliación.

 

El Programa Sectorial de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano 2013-2018, presentado por la dependencia federal esta semana señala que el problema central de la vivienda en México es su limitado acceso y las condiciones precarias en que se encuentran tanto en zonas rurales como urbanas.

 

De acuerdo con el documento, en la última década la política nacional de vivienda se concentró en ampliar la oferta de financiamiento y, recientemente, en acciones de mejoramiento y ampliación.

 

Esto, agrega, impulsó la autoproducción de vivienda como una de las soluciones habitacionales más recurrente, al grado de que en los últimos dos años una de cada tres viviendas propias fueron construidas por su dueño, hecho que puede resultar ineficiente tanto en cuestiones financieras como técnicas y que frecuentemente se vincula con los asentamientos irregulares.

 

De igual modo, el énfasis en la producción masiva de vivienda nueva, la dificultad para acceder a suelo habitacional y la casi inexistente oferta formal de lotes intraurbanos, provocaron que muchas familias se ubicaran en terrenos inadecuados, localizados en zonas de riesgo, alejadas de servicios urbanos y con afectaciones al medio ambiente.

 

La Sedatu reconoce como uno de los principales temas a atender el de los créditos de vivienda, que se han dirigido principalmente a sectores medios y al grupo de afiliados a la seguridad social, por lo que el sector de población abierta, en especial el de bajos ingresos, ha sido rezagado en la atención de sus necesidades de vivienda.

 

El Consejo Nacional de Población (Conapo) prevé que para atender el crecimiento de la población en los próximos 20 años se demandarán 10.8 millones de soluciones de vivienda.

 

No obstante, en la actualidad seis de cada 10 empleos en México son de carácter informal, lo que representa un reto significativo, en tanto que 60% de los trabajadores no cuenta con seguridad social ni con acceso a financiamiento para vivienda como prestación laboral. Esto, aunado al hecho de que el sector hipotecario no se ha superado los problemas de la crisis financiera de 2008.

 

Por ello, el Programa Sectorial de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano prevé para los próximos años impulsar una mayor participación de la banca privada e intermediarios financieros regulados en el otorgamiento de créditos hipotecarios.

 

La estrategia de vivienda, cita el documento, deberá incorporar soluciones habitacionales que incluyan estrategias de planeación en cuanto al equipamiento urbano, es decir, debe contar con estrategias sobre movilidad, cercanía a centros de salud, educación y recreación, entre otros, para evitar el abandono de las viviendas.

 

Además, la Sedatu propone explotar el mercado de vivienda usada como alternativa a la demanda habitacional, ya que suele estar mejor localizada que las construcciones nuevas y, bajo ciertas condiciones, ofrece una mejor calidad de vida.